Opinión

Bendito año 2020

ROBERTO SÁNCHEZ | Bejarano de pie

Finaliza un año cuyo resumen calificaría de polémico.

Roberto Sánchez

Tuvimos unas elecciones municipales, donde la mayoría de los votantes dijeron NO a la mayoría absoluta de Alejo Riñones. El PP podría haber gobernado sin mayoría absoluta, pero la sinrazón de Riñones en no marcharse, de aferrarse al sillón y sin dar un paso al lado, ha perjudicado notablemente a su partido viéndose apartado a los bancos de la oposición a pesar de ser el más votado. Le ha sobrado la anterior legislatura y también la actual.

Sus formas de gobernar, con prepotencia, soberbia, despotismo, su lejanía de los problemas reales de los vecinos y la sordera perpetua ante cualquier propuesta que no naciera de su partido o de él mismo, ha hecho retroceder a Béjar décadas.

El PSOE, más dado siempre al diálogo con otras formaciones, logró el beneplácito de los otros dos grupos minoritarios (TAB y Cs) para la investidura. Alguno de ellos fue más allá con un acuerdo de gestión. Este hecho debería servir como ejemplo de alianza con el objetivo prioritario de sacar a Béjar del pozo. Pero ese acuerdo de tres patas tiene un talón de Aquiles que podría hacer tambalear la legislatura. No por programa, sino por las ansias de protagonismo.

Cabe destacar igualmente la clamorosa desaparición de IU-Podemos en la Corporación Municipal y en la vida pública en Béjar.

El sueldo de la alcaldesa

Obviamente se puede discutir la cantidad y la dedicación, pero mi opinión es que un alcalde, o alcaldesa, debe cobrar por su trabajo para poder exigir un cierto nivel de efectividad.

Alejo Riñones no cobraba un sueldo en sí por ser alcalde, pero sí recibía durante muchísimos años suculentas asignaciones por asistencias en el Ayuntamiento, así como de otras instituciones sólo  por hacer acto de presencia y ninguna intervención (Diputación de Salamanca y Junta de Castilla y León). Todo ello, además de su pensión por jubilación.

Industrias

Lamento que Alejo Riñones demuestre que su amor por Béjar es de etiqueta, no de corazón. Cualquier bejarano de pro hubiera antepuesto el bien de esta ciudad a su ambición personal y enemistad política, haciendo todo lo posible para que esas industrias se quedaran en Béjar aunque él no fuera el alcalde.

Fuentes, tejados, pilona, masacre…

A los bejaranos nos cansa el escuchar a unos y otros como se tiran los cacharros a la cabeza. Al final, seguimos pagando todos con nuestro dinero y nadie asume responsabilidades. El PSOE debería aprender de sus errores o les pasarán factura otra vez. Me explico con un botón de muestra:

Aún no sabemos qué pasó realmente con la matanza de ciervos en El Bosque más allá de que se le ha exigido el pago de la multa a la empresa responsable. No sabemos por qué no existía en el expediente ningún contrato firmado por el Ayuntamiento con la empresa que realizó la actuación. No sabemos por qué había varios perros matando a los ciervos cuando sólo estaba autorizado «un perro de sangre». No sabemos por qué faltaban las comunicaciones pertinentes a la Oficina Comarcal de Medio Ambiente, a la Guardia Civil y al Servicio Territorial de Medio Ambiente. No sabemos cuánto pagó el Ayuntamiento por esa masacre. No sabemos qué pasó con las cornamentas y la carne. Y lo más importante: Nadie de la anterior equipo de Gobierno ha asumido responsabilidades.

Al que gobierna se le acaba el tiempo para aclarar estas situaciones y obligar a que pague quien sea responsable. Se entiende que no se quiera judicializar la política, pero hay casos y casos.

Queridos lectores: Que el año 2020 sea el año en el que, por fin, Béjar pare la sangría de población y se empiece a ver un futuro más claro.

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