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Caída de un tramo del pretil sur en el estanque de El Bosque

La caída de un tramo del pretil sur del estanque demuestra la inconsistencia de algunas de las intervenciones de restauración realizadas desde 2002 y da nuevos argumentos para mantener este BIC-Jardín Histórico en la Lista Roja de Hispania Nostra sobre el Patrimonio en peligro, en la que El Bosque sigue desde el 5 de marzo de 2014.

El pasado 23 de octubre, después de varios días de copiosas lluvias otoñales, se vino abajo un tramo de casi cuatro metros del pretil meridional del estanque (fotos 1, 2 y 3), dejando un enorme mordisco en el paseadero que ha dificultado la visita pública al BIC. Las labores de vallado y apuntalamiento con vigas metálicas que realizaron los operarios municipales han servido de advertencia al público y como refuerzo provisional de la estructura, a la espera de que el Órgano Competente –al parecer la Junta de Castilla y León a través de su Dirección General de Patrimonio– se decida a acometer la reparación definitiva. Pero esa espera se viene prolongando ya más de un mes y medio, tiempo suficiente como para haber resuelto el asunto en vez de exponer la parte derrumbada a peores lluvias y futuros hielos, de modo que cuando tal Órgano afronte sus competencias la obra puede resultar bastante más complicada y, desde luego, más cara. Salvo que el objeto de tanta dilación sea gastar más, cosa que dudamos, la inacción del Órgano regional sólo puede ser calificada de irresponsable.

Los derrumbamientos de muros en El Bosque, sobre todo en la cerca perimetral y en el cerramiento del estanque, están bien documentados desde el siglo XVII y fueron frecuentes en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando los apoderados ducales se apresuraban a comunicar los daños provocados por las lluvias sobre estructuras en estado muy precario, pero entonces las incidencias se resolvían con prontitud para evitar males mayores: no parece que sea esta la pauta de los apoderados actuales, a la vista del boquete y de otras partes del BIC que necesitan adecuadas intervenciones (como el desprendimiento del revoco en la esquina suroeste del palacete, por ejemplo). Que este tipo de daños ocurran de tanto en tanto, causados por fuertes lluvias u otras causas imponderables, ha de considerarse algo accidental, pero no siempre ha sido así: ¿recuerdan cómo se derrumbaron varios tramos del pretil oriental poco después de haberse instalado sobre él aquel desmesurado escenario de la compañía de Rafael Amargo, a mediados de los años noventa? Tampoco parece razonable que se produzca un derrumbe en una zona en la que hace pocos años se realizaron costosas labores de rehabilitación: ¿los antiguos canteros y albañiles podían realizar obras duraderas y los técnicos actuales no?

Por otra parte, las condiciones del paseadero y pretil sur del estanque (también de la parte este, donde se produjeron los derrumbamientos de la década de los noventa), distan mucho de ser las originales, pues el nivel holladero actual se encuentra elevado sobre el antiguo pavimento entre 50 y 70 cm (foto 4), un relleno nada despreciable que en tiempo de lluvias se satura y provoca empujes indeseados sobre los pretiles, obligados a servir como muro de contención de tierras –y de aguas– cuando su fábrica no fue dimensionada para ello: si se pudiera recuperar el nivel original del paseadero, no sólo tendríamos ante nosotros el aspecto del lugar en el siglo XVI, sino que el público disfrutaría de mayor seguridad en su visita (gracias a un pretil de 1,10 m frente a los escasos 30 cm actuales en el ángulo sureste del estanque) y, sobre todo, se evitarían daños como el que ahora denunciamos, con el consiguiente ahorro para el erario público.

En marzo de 2006 se localizaron tres peldaños bajo tierra y partes de ese antiguo pavimento de rollos en la base de la escalera de la rotonda, pero se decidió mantener el nivel actual debido a la recolocación de la arqueta de distribución situada en esa zona, una alteración histórica que en aquel momento se decidió respetar. De nuevo surgen las diferencias de criterio en las soluciones aportadas por los técnicos: ¿recuperar El Bosque del Renacimiento o mantener las alteraciones de cada época, aun cuando su valor sea ínfimo o dificulte la interpretación de la villa de recreo originaria? En este caso, la recuperación del nivel original del paseadero habría beneficiado bastante más al BIC y al público que la solución adoptada, y desde estas líneas proponemos que se valore eliminar el relleno postizo de las calles este y sur del estanque para recuperar su nivel antiguo y evitar más daños sobre los pretiles.

En cuanto a la reparación del tramo derrumbado, esperamos que el Órgano con competencia en la materia, con nuevo Director General al frente, deje atrás la funesta etapa de su antecesor –Enrique Saiz, experto en promesas incumplidas, en desprecio a las asociaciones críticas– y resuelva el problema de inmediato, que aquí llueve ya sobre mojado.

FOTO 1
FOTO 2
FOTO 3
FOTO 4
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