- «Recordemos aquí y ahora, en esta fecha tan rotunda, los pecados y principales pecadores que nos han traído hasta esta lamentable situación»
| GRUPO CULTURAL SAN GIL |
El pasado 21 de marzo se cumplieron 30 años desde que el Grupo Cultural San Gil se pusiera al frente de la defensa del BIC-Jardín Histórico El Bosque de Béjar, tres décadas con más sombras que luces en las que se consiguió detener la urbanización masiva de los terrenos, la redacción de un Plan Director que la Administración sólo cumple cuando le conviene y la ejecución de algunas obras necesarias, pero en las que no han faltado propuestas peregrinas y ocurrencias populistas, miserables pérdidas de tiempo y de dinero público y demasiadas ejecuciones fallidas o inadecuadas: Un fiasco en toda regla que tiene culpables con nombre y apellidos. Recordemos aquí y ahora, en esta fecha tan rotunda, los pecados y principales pecadores que nos han traído hasta esta lamentable situación.
CULPABLE Nº 1. Ángel Calvo Meirama, alcalde de Béjar en marzo de 1992, por firmar el convenio de recalificación con los propietarios de El Bosque en el que se admitía la edificación de 32 bloques de viviendas, una urbanización de chalets y diversos equipamientos, así como por su desprecio hacia la opinión de los expertos y de los colectivos de defensa del BIC.
CULPABLE Nº 2. Alejo Riñones Rico, alcalde de Béjar en los períodos 1995-2007 y 2011-2019, veinte años en los que no cesó en retrasar la redacción del Plan Director (al que se opuso) y en torpedear su ejecución aceptando o interponiendo propuestas absurdas relacionadas con el golf y la hostelería e incumpliendo las responsabilidades asumidas por la administración local en cuanto al mantenimiento del BIC. Como su antecesor en el cargo, también destacó por su desprecio hacia la opinión de los expertos y de los colectivos de defensa del BIC.
CULPABLE Nº 3. Enrique Saiz Martín, director general de patrimonio cultural de Castilla y León entre 2006 y 2019, por incapacidad manifiesta en el desempeño de su cargo en relación con los jardines históricos, por su desprecio del Plan Director y por la aceptación de criterios de restauración variables, contradictorios e inadecuados para la recuperación de El Bosque, así como por su desprecio hacia la opinión de los expertos y de los colectivos de defensa del BIC.
CULPABLE Nº 4. José Carlos Sanz Belloso, arquitecto, por redactar y dirigir la ejecución de proyectos bajo criterios de restauración variables, contradictorios e inadecuados para la recuperación de El Bosque, causantes de la situación calamitosa de algunos de sus rincones, como el entorno del estanque, la Huerta de los Bojes y el espacio al norte del palacete, por no mencionar intervenciones fallidas en el dique del estanque y en la Fuente de la Sábana. Sorprende que semejante cúmulo de despropósitos no haya impedido que la administración regional siga firmando contratos con este arquitecto, como el que afectará a la restauración de la terraza del jardín romántico, que podría causar graves perjuicios si finalmente llega a ejecutarse.
CULPABLE Nº 5. María Elena Martín Vázquez, alcaldesa de Béjar entre mayo de 2019 y enero de 2022, por plegarse a las erradas directrices de la Dirección General de Patrimonio a pesar de ostentar la representación del 66 % de la propiedad de El Bosque. Como sus antecesores en el cargo, la ex-alcaldesa también destacó por su desprecio hacia la opinión de los expertos y de los colectivos de defensa del BIC en el último año de su breve mandato.
CULPABLE Nº 6. Gumersindo Bueno Benito, director general de patrimonio cultural de Castilla y León entre 2019 y 2022 (actualmente en funciones) por incapacidad manifiesta en el desempeño de su cargo en relación con los jardines históricos, por su desprecio del Plan Director y por la aceptación de criterios de restauración variables, contradictorios e inadecuados para la recuperación de El Bosque, así como por su desprecio hacia la opinión de los expertos y de los colectivos de defensa del BIC.
CULPABLE Nº 7. Valeriano Sierra Morillo, arquitecto, por su inaceptable proyecto para llenar de chatarra, pavimentos y artefactos la terraza de la huerta, un engendro ya ejecutado que ha recibido duras críticas de expertos y de organismos como el Comité Español de ICOMOS.
El reciente informe de ICOMOS coincide punto por punto con la postura que viene manteniendo el Grupo Cultural San Gil desde marzo de 1992, también con la de la Plataforma para la Defensa de El Bosque de Béjar desde 2014, y deja en muy mal lugar la caótica e irresponsable intervención de las administraciones. La pregunta clave es ésta: ¿darán marcha atrás los órganos públicos implicados?
Emplazamos a los responsables del Ayuntamiento de Béjar y de la Junta de Castilla y León a mantener un encuentro con representantes del Grupo Cultural San Gil y de la PDBB para iniciar una nueva etapa en la que se haga lo correcto y se deshaga lo incorrecto, de modo que El Bosque pueda ser recuperado como merece, como la única villa de recreo completa del Renacimiento español.