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El Bosque de Béjar: Un jardín sin jardineros

  • El Ayuntamiento ha dejado concluir el contratado de las dos personas que lo atendían sin ningún tipo de renovación

| PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE EL BOSQUE DE BÉJAR / PDBB |

Desde finales de diciembre de 2023 no hay ningún jardinero cuidando del BIC-Jardín Histórico El Bosque de Béjar, y no por baja médica o motivo justificado semejante, sino por haber terminado el período de un año por el que se había contratado a las dos personas que hasta entonces lo atendían.

No se sabe en qué fecha de 2024 se abrirá el nuevo período de contratación, que es competencia del Ayuntamiento bejarano; mientras tanto, nadie se ocupa de este jardín, un hecho que ahora denunciamos desde la Plataforma para la Defensa de El Bosque de Béjar (PDBB).

Esta Plataforma ha criticado varias veces la carencia de personal jardinero en El Bosque de Béjar , una responsabilidad municipal que se atiende con desgana y bajo mínimos, en medio de una precariedad de medios humanos y materiales indigna de lo que merece un BIC-Jardín Histórico. Recordemos que este BIC forma parte del exiguo grupo de jardines declarados históricos a nivel estatal, formado por menos de un centenar de ejemplares entre los que sólo tres corresponden a Castilla y León: El Bosque de Béjar (siglo XVI), La Granja de San Ildefonso (siglo XVIII) y El Coto de Nuestra Señora del Carmen, o Jardín del Conde, en Peñacaballera (siglo XIX). Un BIC-Jardín Histórico no es cualquier cosa, no es una “zona verde” al uso, no es un parquecillo urbano o un rincón arbolado residual, sino un “espacio delimitado, producto de la ordenación por el hombre de elementos naturales, a veces complementado con estructuras de fábrica, y estimado de interés en función de su origen o pasado histórico o de sus valores estéticos, sensoriales o botánicos” (LPHE / 1985, artículo 15.2, y LPCCyL / 2002, artículo 8.3b), así que requiere de cuidados especializados para garantizar la conservación de esos valores en tanto que “aportación de España a la cultura universal” (Preámbulo de la LPHE / 1985), con un coste de mantenimiento que suele multiplicar por ocho el de un jardín ordinario, justo al revés de lo que sucede en Béjar.

Aunque todavía quedan algunas áreas de El Bosque por recuperar (terraza junto al paseadero norte del estanque y Huertas de Arriba), además de otras ya intervenidas, pero de forma tan ridícula y lamentable que requerirían su desmantelamiento y nueva plantación (jardinillo al norte del palacete, arriates del oriente y mediodía del estanque, Huerta de los Bojes, Jardín Romántico, Huerta de Abajo), lo cierto es que se trata de un espacio con unos 22.000 m2 de jardín (serán 32000 m2 en el futuro), necesitados de mantenimiento diario y de podas y recorte de bojes cada cierto tiempo. No es posible atender esta obligación legal de sus propietarios con sólo dos jardineros, como sucedía hasta mediados del pasado diciembre, pero mucho menos con CERO jardineros como ahora: el Ayuntamiento de Béjar y la Junta de Castilla y León, sus titulares, deberían dejar de marear la perdiz y centrarse en conservar y mantener este lugar en vez de gastar fondos públicos sin tasa, a base de subvenciones europeas millonarias como la que han solicitado recientemente en aras de no se sabe qué criterios vagamente relacionados con una “sostenibilidad” que no parece apuntar a cuestiones ambientales, sino económicas: dejen de racanear con el cuidado diario de este BIC.

De acuerdo con expertos en jardines históricos consultados por la PDBB, El Bosque de Béjar necesitaría cinco jardineros para estar en condiciones razonables de mantenimiento, a los que habría que añadir varios hortelanos para las áreas hortofrutícolas. Estamos muy lejos de esas cifras incluso cuando el Ayuntamiento se decide a contratar personal para el BIC, y esa es la condición necesaria para que nuestro Jardín Histórico ofrezca todo su potencial en vez del aspecto descuidado que ven los visitantes, a pesar de los esfuerzos del escaso personal a su cargo, cuando existe.

El extremo opuesto se puede observar, sin salir de Castilla y León, en los jardines barrocos de La Granja, con 610.000 m2de parterres y bosquetes atendidos por jardineros especializados y alumnos de una escuela taller igualmente especializada (nada que ver con las diferentes escuelas que camparon a sus anchas en nuestro Jardín Histórico). El resultado es como pasar de la noche al día: ¿por qué en los jardines de La Granja se puede destinar dinero público al mismo adecuado mantenimiento que a El Bosque se le niega? (fotos 1 y 2)

Fuera de España, en la Europa civilizada, ni siquiera se plantean que a un jardín le falte personal y no se andan con miserias, ya sea un modesto parque urbano o un Jardín Histórico valioso; gracias a la estima jardinera de nuestros vecinos allende los Pirineos, contamos con numerosos ejemplos luciendo cuidados excelentes, entre ellos el de la pequeña localidad de Villandry (Valle del Loira, Francia), tantas veces citado como modelo de mantenimiento, sostenibilidad (ambiental y económica) e incluso rentabilidad. Se trata de un jardín privado de 40.350 m2 ajardinados que son atendidos por un mínimo de 10 jardineros especialistas cuyo trabajo se remunera por encima del convenio sectorial; en ocasiones puntuales, como durante el recorte anual de los setos, el propietario también ayuda en las labores necesarias (foto 3).

Desde la PDBB no pedimos tanto a nuestros representantes públicos, nos basta con que dejen de considerar El Bosque como un problema y se arremanguen para contratar los jardineros que este BIC-Jardín Histórico necesita, porque ahí está la clave para poner en valor todas sus posibilidades y singularidades –las de la única villa de recreo completa del Renacimiento en España– y aspirar a situarlo entre los más visitados de nuestra región e incluso de nuestro país.

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