La lista de promesas incumplidas por Enrique Saiz, Director General de Patrimonio y Promoción Cultural de Castilla y León, es tan larga como su extraña permanencia en el cargo, al menos en lo que se refiere a El Bosque de Béjar: desde 2006 lleva prometiendo acciones legales e intervenciones de conservación que siguen sin materializarse muchos años y hasta decenios después, un ejercicio de pasividad administrativa y de incompetencia manifiesta que merecerían su fulminante destitución en vez de la dañina continuidad que sigue padeciendo el contribuyente.
Esperemos que el nuevo Gobierno regional que se constituya tras el 26 de mayo haga posible su relevo en alguien con mayor capacidad, ecuanimidad y eficiencia y, desde luego, con verdadera voluntad de cumplir los compromisos adquiridos.
Mediante esta nueva denuncia pública –la cuadragésima desde 2014– ponemos el foco sobre una de tales promesas incumplidas, la restauración de la Fuente del Paraguas (foto 1), que resultó destruida en julio de 2016 en circunstancias nunca aclaradas ni por la Administración ni por la Policía.
Los lectores recordarán las protestas y escritos de la Plataforma y del Grupo Cultural San Gil en aquel verano, cuando la fuente quedó hecha añicos. Sus restos fueron recogidos en dependencias municipales (foto 2) y se iniciaron las pesquisas policiales para esclarecer el caso: se sospechaba que el daño lo pudo haber producido un grupo de personas que habrían entrado de noche en El Bosque para hacer botellón.
En su momento se puso en manos de la Junta de Castilla y León la restauración de la fuente a partir de los fragmentos salvados del destrozo, una operación de escasa complejidad técnica –habitual en arqueología– que, sin embargo, no ha sido realizada hasta la fecha. Desde la PDBB pensábamos que nuestras desautorizadas autoridades aprovecharían los días previos a la campaña electoral de mayo para el acostumbrado e impúdico autobombo, y que pasarían muy ufanos delante de la obra restaurada, pero ni siquiera han sido capaces de eso: la Fuente del Paraguas sigue sin lucir en su lugar de origen, el jardín de El Bosque, y hasta nos permitimos dudar sobre el paradero de los fragmentos.
El grupo escultórico destruido en Béjar podría ser obra del escultor milanés Andrea Boni, que realizó varias versiones parecidas antes de su fallecimiento en 1874. Una de ellas fue mostrada en la Exposición Universal de París de 1878 y otra fue adquirida por la familia Aramburu, posteriormente instalada en el Parque Genovés de Cádiz: allí han emprendido una investigación sobre su fuente y realizado una completa restauración; aquí se destroza un patrimonio del mismo valor y nadie da explicaciones.
Como ciudadanos al corriente de sus impuestos, exigimos de los titulares del BIC, Junta y Ayuntamiento, que expliquen en medios públicos dónde se encuentran los restos de nuestra Fuente del Paraguas, aclaren si se ha iniciado o no el proceso de restauración y concreten la fecha en que podrá ser finalmente reinstalada.