- La PDBB y el GC San Gil informará «a la comisión de Hispania Nostra, al órgano que gestiona los fondos europeos y al SEPRONA»
La Plataforma en Defensa de El Bosque de Béjar (PDBB) y el Grupo Cultural San Gil han denunciado públicamente que «las labores de tala que se realizan en una parcela de propiedad particular, situada por encima de Montemario, están arrasando con el camino de servicio paralelo a la regadera de El Bosque, anegada en un tramo de 200 metros. El nuevo atentado contra esta villa de recreo se produce en uno de sus componentes esenciales, sobre el que el Plan Director, desde 2000-2001, establece un régimen de protección como BIC junto con el azud de derivación en la Garganta del Oso. La Junta de Castilla y León ha sido incapaz de aprobar este marco de protección en 20 años: De nuevo, la desidia institucional y las malas prácticas forestales se conjugan para causar graves daños sobre nuestro maltratado Patrimonio Histórico».
Según explican desde ambos colectivos, «el arrastre de troncos con maquinaria pesada desde una finca particular hasta la carretera Candelario-Navacarros está dejando un rastro de destrucción sobre el camino empedrado paralelo a la regadera de El Bosque, una vía de servicio perfectamente documentada antes de 1555, en el pleito de los vecinos pecheros de Béjar contra la duquesa Teresa de Zúñiga que se custodia en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid y en copias o traslados como la ejecutoria que se conserva en el Archivo de la Nobleza de Toledo».
«Entre los numerosos motivos de aquel proceso judicial, tres atañen a los abusos que la duquesa cometía en relación con su villa de recreo, que al parecer pretendía ampliar: se quejaban los bejaranos de entonces porque doña Teresa, «contra toda justicia y razón», anexionaba a su propiedad todo el Prado Sanjuaniego (un espacio comunal destinado al pasto de las caballerías, hoy Prado Bajo); pretendía que sus ciervos y gamos fueran alimentados con las cargas de castaña que aportara cada vecino (comprometiendo seriamente la alimentación de los más necesitados, que utilizaban la castaña para hacer harina panificable); y, en lo que ahora nos concierne, desvió el curso de la Garganta del Oso hacia El Bosque, sin duda con la intención de acopiar reservas de agua en un estanque mayor que el entonces existente, de superficie muy inferior a la actual, para ampliar las áreas de jardín y huerta, una obra que no sería realizada hasta la etapa de su hijo, Francisco de Zúñiga y Sotomayor, a partir de 1566-1567», indican.
En base al «pleito de 1555 se recogen detalles como el costoso camino de servicio paralelo a la regadera, una calzada con el firme perfectamente empedrado entre encintados laterales, dotado de pasos de agua y otros dispositivos hidráulicos que dan valor a esta obra de captación y derivación asociada a una villa de recreo única en España. Precisamente por ello es reconocida y valorada en el Plan Director de El Bosque y su Entorno, donde se establece con absoluta claridad el régimen de protección como Bien de Interés Cultural (BIC) que debe tener este elemento esencial junto con el azud de captación y derivación, de modo que a la delimitación de El Bosque en su conjunto, con todas sus partes de jardines y edificios, prados y monte o bosque de castaños, se ha de agregar el trazado de la regadera, el camino asociado y la presa en plena sierra».
La plataforma y el grupo cultural exponen que «la Junta de Castilla y León encargó este Plan Director en 1999, le fue entregado en 2000 y lo aprobó formalmente en 2001. Por tanto, tiene pleno conocimiento de su contenido y de la necesidad de ratificar el adecuado régimen de protección mediante el oportuno decreto y subsecuente publicación en el BOCyL. Ha tenido 20 años para hacerlo, pero la realidad es que a ninguno de sus responsables, incluido el actual Director General de Patrimonio, le ha dado la gana ponerse a la tarea, y de tanta irresponsabilidad y tanta modorra institucional vienen ahora estos daños: si la regadera y su camino de servicio hubieran estado debidamente protegidos no se habrían causado los destrozos que ahora denunciamos».
Y, por tanto, exigen «al Ayuntamiento de Béjar (o al órgano al que corresponda) que requiera a la empresa forestal el cese de las actividades sobre este camino histórico y que, seguidamente, a cargo de dicha empresa, se restituya a su estado anterior, dejándolo bien empedrado, expedito, limpio y con la regadera corriente, libre de áridos y de ramas».
Igualmente, reclaman «a la Junta de Castilla y León, a través del Órgano Competente, que investigue las responsabilidades de la empresa forestal y determine las posibles sanciones, pero, sobre todo, que inicie inmediatamente el proceso de nueva delimitación del BIC-Jardín Histórico El Bosque de Béjar, incluyendo la regadera, su camino empedrado de servicio y el azud de captación, así como de su Entorno de Protección envolvente conforme a lo que determina el Plan Director desde 2000-2001, es decir, exactamente lo mismo que viene exigiendo el Grupo Cultural San Gil desde 2006 (por escrito y en reunión mantenida en Valladolid con el entonces Director General de Patrimonio, el incumplidor Enrique Saiz, de infausto recuerdo) y desde 2014 la Plataforma para la Defensa de El Bosque de Béjar (a través de numerosos escritos que nunca tuvieron respuesta)».
De todos estos hechos se informará «a la comisión de Hispania Nostra que inspeccionará El Bosque en su visita del próximo 24 de agosto, al órgano que gestiona los fondos europeos de los que se beneficia El Bosque y al SEPRONA».