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IMÁGENES | El telesquí del Canchal Negro permanece fuera de servicio

  • El  TEA desestima la reclamación del Ayuntamiento de Béjar que pretendía modificar los límites catastrales en las fincas de la sierra

| ALBERTO SEGADE ILLÁN |

El Tribunal Económico Administrativo de Castilla y León ha fallado hace unos días, el pasado cuatro de marzo, desestimando la reclamación del Ayuntamiento de Béjar para alterar la definición catastral de las fincas en conflicto por la ubicación de esta estructura que forma parte del reenvío en el telesquí `Canchal Negro´ de La Covatilla. Después de haber perdido en todas las instancias judiciales, el consistorio bejarano intentó conseguir por vía administrativa, lo que legalmente no corresponde, tal y como, reiteradamente, se ha puesto de manifiesto con las sentencias en contra, que culminaron con la orden judicial para la retirada de la pilona que invadía la finca de El Tremedal. Así se llevó a cabo en diciembre de 2018, pagando el Ayuntamiento de Béjar los costes de esta retirada, también por orden judicial. En los medios de comunicación el alcalde declaró que era un atentado, que el Ayuntamiento de Béjar merecía un respeto y que los culpables iban a pagar con cárcel. Pero nada de eso ocurrió, porque había sido un juez quien había ordenado esa retirada y no había más que hablar.

La historia comenzó en 2015, cuando los propietarios de la finca El Tremedal se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de Béjar (que poco tiempo antes había asumido la gestión de La Covatilla) para poner en su conocimiento que algunas instalaciones de la estación de esquí invadían los terrenos de su propiedad; concretamente: la pilona de reenvío del telesquí de cumbre, un tramo de la pista La Muchachina y una torreta de comunicación. En su comunicación instaban al ayuntamiento, como responsable de la estación de esquí, a que retirara dichos elementos o bien, se llegara a un acuerdo de cesión o alquiler (que incluía las mejores pistas de la estación) para que no se tuvieran que retirar. Alejo Riñones, alcalde por entonces, se negó en redondo a cualquier tipo de alquiler o acuerdo y animó a que, si lo consideraban oportuno, recurrieran a los tribunales. Así lo hicieron los propietarios presentando una demanda en el Juzgado de Piedrahita, que es el que compete en este caso, que dio origen a tres años de pleitos (con peritajes de parte y judiciales)  perdidos todos por el ayuntamiento de Béjar; que concluyeron dando la razón a los propietarios en que todos esos elementos invadían su propiedad (Como era evidente desde el principio, por lo que no se comprende que los abogados del ayuntamiento no lo vieran) y, por lo tanto, había que retirarlos. Lo cual, se llevó a cabo, en el caso de la pilona, (no así respecto a los otros elementos)  en diciembre de 2018, como ya se ha señalado.

Ante esta situación, el Ayuntamiento de Béjar (de nuevo mal asesorado por su abogado) intentó por vía administrativa (ya que judicialmente había quedado más que sentado que la pilona y los otros elementos invadían la finca)  que se cambiaran los límites catastrales de las propiedades para que la pilona se sitúe dentro de la propiedad del ayuntamiento, acudiendo al Tribunal Económico Administrativo. Ya hemos dicho que su reclamación ha sido desestimada. Entre otras muchas razones, cito textualmente del texto de la sentencia, porque: El único “Proyecto” que presenta el Ayuntamiento de Béjar para justificar su solicitud, consiste en unas ortofotos marcadas con puntos y un listado de coordenadas elegidas a conveniencia, con el único fin de adueñarse de zonas y parcelas que no son de su titularidad y sobre las que no pueden ejercer ningún derecho, de conformidad con las resoluciones judiciales”.

Es decir, que como les habían demostrado que no tenían razón, hicieron trampa. Que cada cual considere la categoría moral de quienes rigen la ciudad y sus asesores legales. Pero, al margen de esta cuestión, está la del dinero gastado en pleitos, en abogados que no hacen bien su trabajo, en pagar los gastos de la retirada de la pilona y los costes a mayores por reformar el reenvío del remonte y ponerlo unos metros más abajo. ¿150.000 euros?, Podría ser menos, o más, (las cuentas estarán la Casa Consistorial) aunque lo que importa es que se trata de dinero público malgastado y en una cantidad muy superior a lo que hubiera costado un acuerdo con los propietarios.

Pero las malas consecuencias de esta cadena de nefastas decisiones no han terminado ahí. Porque resultó que el primer arreglo artesanal que se llevó a cabo para reponer la pilona, derivó en un mal funcionamiento que, finalmente, acabó con el remonte fuera de servicio por razones técnicas. La temporada pasada se adquirió una nueva estación de retorno, más moderna (con tensión hidráulica, en vez de utilizar contrapeso) con un coste de varias decenas de miles de euros. Después de pasar todo el verano al sol junto a los hangares de la estación, se instaló durante la segunda semana del pasado noviembre sobre la cimentación realizada en octubre, sin apenas tiempo para realizar pruebas y detectar posibles fallos (sumemos a los costes otros miles de euros para la cimentación, instalación del reenvío y puesta en marcha del remonte a cargo de una empresa especializada). Pues bien, el remonte vuelve a estar fuera de servicio en la actualidad sin que se haya producido ninguna información al respecto. Por lo tanto sólo cabe especular, o investigar.

Desafortunadamente, no he avanzado mucho en la pesquisa, porque nadie quiere contar nada. Unos me dicen que “es muy gordo”. Otros que  “han venido técnicos de la Junta ha hacer catas en el hormigón”. Alguno me ha llegado a precisar que ya hay resolución oficial al respecto y se sabrá pronto. También hay quien, con acreditada experiencia en el tema, me dice que, a lo mejor, la avería tiene que ver con esos cables llenos de manguito que han soportado el temporal colgando de las roldanas con rachas de viento superior a los 100 km/h (Estamos hablando del efecto pendulante de media tonelada de hielo pegado al cable en los vanos de 50 metros entre pilonas, racha tras racha, de un lado a otro, desencajando los engranajes y deformando y rompiendo vástagos y anclajes, hora tras hora, durante varios días). Una tragedia que se puede evitar tirando el cable al suelo antes del temporal, ya que, por mucho viento que haga, sin los tirones del cable, nada se rompe. Pero el cable quedó puesto, así se ve en las fotos, en unos casos descarrilado y, en otros, directamente en el suelo. ¿Nadie previó que iba a venir un temporal?.

El caso es que el remonte no puede funcionar y, de este modo, todas las pistas de la zona más alta de La Covatilla quedan sin servicio (las que ahora mismo rebosan de nieve, pocos días antes de Semana Santa). Si esas pistas no se pueden abrir ¿Cuánto dinero se pierde en forfaits y otros consumos en la estación? ¿Cuánta ocupación pierden los establecimientos hosteleros y rurales? ¿Cuántas comidas se dejan de servir en los restaurantes? ¿Cuánto dejan de facturar los comercios?… Que cada cual haga sus cuentas y les sume los nosecuantoscientosmil euros de dinero público gastado en un aparato que no funciona. Por otra parte, que se añada a todos estos quebrantos la posibilidad, muy probable, de que, a la vista de esta última sentencia, los propietarios de El Tremedal decidan ocupar la parte de la pista La Muchachina que les pertenece.

Esta factura debería estar a nombre de Alejo Riñones, que se empecinó en el error, y también del abogado que lo asesoró, así como de todos los regidores municipales que, durante nueve años, han mantenido el pulso judicial y el mismo letrado.

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