- «Las sillas del telesilla han sido retiradas, el cable se mantiene sujeto para que no toque el suelo y varias piezas requieren reparación urgente»
El concejal delegado de la estación de esquí, Javier Garrido, junto al alcalde de Béjar, Antonio Cámara, y el concejal de Deportes, Luis Hernández, ofreció ayer una rueda de prensa en la que detalló el estado crítico de las instalaciones de La Covatilla, tras la auditoría técnica encargada el pasado mes de agosto a una empresa especializada.
En palabras de Garrido, “la situación de la estación de esquí es complicadísima”. Según el informe, las sillas del telesilla han sido retiradas, el cable se mantiene sujeto para que no toque el suelo y varias piezas requieren reparación urgente. La pieza más preocupante es un pistón de 3.000 kilos, que deberá ser enviado a Francia para su arreglo.
La historia reciente de La Covatilla refleja problemas acumulados. Durante los dos años anteriores, denunció Garrido, no se realizaron labores de mantenimiento esenciales, como el desbroce de pistas o el mantenimiento de la maquinaria y los cañones de nieve. Estos descuidos han dejado a la estación en una situación de abandono estructural, según la auditoría, que alerta sobre el riesgo de retrasos significativos en la apertura de la temporada.
Respecto a los plazos, el concejal advirtió que la reparación del pistón no estará lista antes de mes y medio. A ello habrá que sumar la instalación de la pieza, la revisión V7 y la autorización de la Junta de Castilla y León para la puesta en marcha del telesilla. “Solo cuando avancen los trabajos podremos confirmar si el remonte podrá abrir para el inicio de la temporada, previsto a principios de diciembre”, explicó.
Pese a las dificultades, el equipo de Gobierno trabaja para garantizar la apertura. Ya se han tramitado 20 contratos de materiales, piezas y suministros, y se ha abierto la oferta de empleo para administración, remonteros, pisteros y personal de restauración, en un intento por garantizar que la estación pueda operar con normalidad.
En su intervención, Garrido no ocultó las críticas al anterior equipo de Gobierno, al que responsabilizó de la situación de abandono de La Covatilla. “Durante dos años no se ha cuidado ni la maquinaria ni las pistas; los remontes y los cañones presentan desperfectos que ahora debemos corregir”, señaló.
El concejal también anunció que ya ha establecido contacto con la Diputación de Salamanca para organizar los Bautismos Blancos, un programa orientado a la iniciación de los escolares en el esquí. “Queremos abrir la zona de Debutantes para los colegios, ya que representan un ingreso significativo para la estación”, precisó.
La Covatilla, que se inauguró en los años 70, ha sido un motor económico para Béjar y la comarca, generando empleo estacional y dinamizando el turismo invernal. Sin embargo, la falta de mantenimiento en los últimos años y las deficiencias estructurales actuales ponen en riesgo su papel en la temporada de esquí 2025-2026, según advierten fuentes municipales.
El Ayuntamiento asegura que, mientras se ejecutan las reparaciones, se mantendrá un seguimiento exhaustivo del avance de los trabajos, con el objetivo de minimizar el impacto en la apertura de la temporada y garantizar la seguridad de los usuarios.
El escenario actual abre un debate sobre la gestión histórica de la estación, sus necesidades de inversión y la urgencia de establecer un plan de mantenimiento sostenible que evite problemas similares en el futuro.




