ALBERTO SEGADE ILLÁN | CxByC
A la vista de la situación de la estación municipal de esquí, en el último Pleno se ha planteado una reunión urgente de la Mesa de Seguimiento de La Covatilla. A estas alturas, algunos nos preguntamos si, en este caso, más que una mesa, podría ser útil un diván de psicoanalista.
Las críticas de los últimos días por parte del PP y Cs, descendiendo a detalles de orden laboral y funcional (que no se han contrastado) han desembocado en un agrio debate que se podría haber evitado si se hubiera solicitado la información pertinente a través de esa misma mesa que ahora se quiere convocar, después de haberla pasado por alto. Lo lógico hubiera sido solicitar su convocatoria para aclarar todo lo que hiciera falta y, si eso no es efectivo, plantear las posibles responsabilidades políticas, o de gestión, en el Pleno. Se ha hecho exactamente al revés.
Parece ser, no obstante, que hay otras `mesas´, posiblemente con intereses espúreos, a las que se aferran tanto el PP como Cs, y en ellas, con el solo ánimo de desgastar, ya se ha decidido lo que está mal y lo que es necesario hacer con urgencia. Todo ello en base a “me han asegurado”, “me han informado”… “los que de verdad saben de nieve”; de este modo se decide de antemano que hay que cesar a determinados técnicos, sin tener en cuenta el adverso comportamiento meteorológico y sus explicaciones (lo que, en todo caso se debería haber planteado en esa Mesa que se pide convocar a posteriori) a partir de supuestas informaciones proporcionadas por el personal subalterno y empresarios externos con actividades vinculadas (en competencia directa) con la estación de esquí.
Es lícito, por supuesto, que tanto unos como otros defiendan sus intereses y aboguen `por el mejor funcionamiento de las instalaciones, pero el camino para hacerlo no debe ser la maquinación o el manejo de canales torcidos, sino la reclamación formal ante quien competa. Por ejemplo, la propia Mesa de Seguimiento o, si fuera preciso, la autoridad laboral.
La portavoz de Cs aseguró en el Pleno contar con abundante información y, en base a ella, exigió responsabilidades. Sería oportuno que revelara cuáles son sus fuentes expertas, ya que podría suceder como cuando se pide la cabeza de Zidane, en los bares y tertulias, cada vez que el Real Madrid pierde dos veces seguidas. ¿A quién tiene que hacer caso D. Florentino?
Queda claro que la responsabilidad es del equipo de gobierno, que es quien debe dar información y convocar una Mesa de Seguimiento que ya está estructurada. Pero lo que pide Dª Paquita no es una mesa para tratar el asunto, sino una condena directa sin juicio, un ordeno porque yo lo valgo, sin pedir explicaciones a los responsables. Es más, no quiere oírlas; como dijo la Alcaldesa: “no hay peor ciego que el que no quiere ver…”.
Nos parece oportuno, de todas formas, que la Mesa se convoque y se estudie a fondo la cuestión, porque es necesario, sobre todo, que la ciudad tenga claro que es lo que ocurre con las instalaciones de la sierra, que son de todos y que, se supone, deben funcionar como motor del turismo en la zona, lo que algunos ponen en duda. Pero al margen de las aclaraciones que procedan, tanto en la Mesa como en el Pleno, lo que es imprescindible es que todas las partes sean capaces de definir el futuro de la estación de esquí, algo que supera la función de la Mesa de Seguimiento. Ese futuro a largo y medio plazo debe construirse sobre el consenso más amplio y sin fisuras, ya que, desde nuestro punto de vista, lo que ocurre con La Covatilla es que no está sujeta a un proyecto claro (o por lo menos no se conoce) y, a falta de dicho proyecto, se están desaprovechando todas sus potencialidades, no sólo las que tienen que ver con el esquí. O sea que, como ya hemos dicho otras veces, nos olvidamos de lo importante, obcecados sólo por lo urgente. Nosotros, al contrario, creemos que no podemos estar discutiendo siempre sobre lo mismo y tenemos que huir de de la obsesión para tratar de resolver las urgencias perentorias que se ponen de manifiesto precisamente porque no hay un proyecto, a fin de sentar las bases para esbozarlo, redactarlo y llevarlo a cabo. Tenemos, además, que decidir cómo invertir las subvenciones otorgadas para ello. ¿No es esto mucho más importante que discutir sobre si se podría haber fabricado nieve?
El actual equipo de gobierno ya ha manifestado en varias ocasiones que su plan es mantener abiertas las instalaciones todo el año, lo que podría repercutir favorablemente en la actividad de la economía local. Pero para ello es necesario encontrar alternativas al esquí. Es responsabilidad suya marcar la pauta señalando intenciones y marcando objetivos. A partir de su iniciativa se podrá discutir, en el ámbito que sea oportuno, sobre la mejor manera de alcanzarlos. Así suelen funcionar las cosas, porque nadie convoca una reunión, para preguntarle a los demás qué es lo que tiene que hacer y en qué se tiene que gastar el presupuesto o las subvenciones.
Y, puesto que se trata de reforzar el uso prolongado de las instalaciones en la sierra, nos permitimos apuntar algunas ideas. La Covatilla podría tener, como centro de deportes de montaña, una utilidad sostenible durante todas las estaciones de año. La reconstrucción del Refugio de Las Cimeras sería determinante para dinamizarlo y dar uso al resto de las instalaciones, donde sería útil ubicar un centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera y de la propia Sierra de Béjar.
La organización de actividades compatibles con el medio natural a lo largo de todo el año, tanto de carácter deportivo como de cualquier otro tipo, mantendrían el atractivo para los visitantes al margen de la temporada de esquí, que algunas veces, como en el presente, puede ser muy corta. Pero esta circunstancia no debe hacernos olvidar que la nieve, hoy `por hoy y cuando las circunstancias meteorológicas son favorables, es el combustible más potente. No sólo para atraer a los esquiadores, sino también a un muy numeroso público que solo quiere deslizarse en trineo. Para ese público también es necesario dotar a las instalaciones de mayores y mejores atractivos que incrementarían su afluencia. Y, por supuesto, el esquí. Las instalaciones deben estar dotadas de los medios técnicos y humanos necesarios para que, cuando haya nieve suficiente, la estación recupere las cifras de antaño (por lo menos, ya se han recuperado todas las pistas). Creemos que estas medidas podrían contribuir a que “el motor del turismo” llegara a mantener un régimen constante de revoluciones.
Pero lo que no podemos ignorar es que, por mucho que se revolucione un motor, si no tiene eje de transmisión, toda su potencia se perderá en el vacío. Es necesario, por consiguiente, crear un engranaje que, incluyendo el resto de activos turísticos que atesora nuestra ciudad y nuestro entorno (que también serían “motores” desconectados a ningún eje) convierta nuestra zona en un verdadero destino turístico articulado a través de todos los elementos que lo hacen posible hoy en día.
También lo hemos dicho más veces. Tenemos la materia prima, numerosas instalaciones, monumentos, un entorno natural privilegiado, buena oferta de servicios turísticos… Tenemos hasta una estación de esquí (de las 30 que hay en España). Solo nos hace falta ser capaces de organizarlo bien, que no es cuestión de dinero sino, de actitud y capacidad. Una vez que el proyecto esté decidido, señalados ya sus objetivos y plazos de ejecución, tendrán objeto las reuniones de las mesas de seguimiento; porque, mientras tanto, ¿qué es lo que se sigue?