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Paro en Béjar | El Covid-19 pasa factura y rompe la tendencia a la baja mantenida desde hace 7 años

En marzo ya se preveían los estragos que la crisis por el COVID-19 iba a hacer en el mercado laboral en Béjar, y se vienen a confirmar también durante el mes de abril.

Según los datos oficiales publicados por el ECyL, la oficina de ese organismo en la ciudad textil se ha registrado un incremento de 143 personas más como demandantes de empleo, alcanzando un total de 1.866, y significando un aumento del 8,30% en la relación intermensual.

Cabe recordar que en estas cifras no computan como «paro registrado»  los trabajadores afectados por los ERTEs.

La dinámica interanual de descenso en los últimos 7 años se rompe.

En Salamanca:

3.030 cotizaciones menos en la Seguridad Social, una bajada del 2.56%, y 2.635 desempleados más en el ECyL de los que el 51,27% no cobra ningún tipo de ingreso.

Para CCOO:

«Era de esperar que la protección de la vida de las personas y la necesidad de tomar medidas de confinamiento y ralentización de nuestra actividad económica para reducir el número de contagios y de muertes, iba a suponer una pérdida temporal de empleo, una bajada importante de la contratación y una bajada relativa de las cotizaciones en la seguridad social. Nos preocupa la diferencia que existe entre los datos de las personas afectadas por los ERTES. No puede haber dos ritmos distintos en la recogida de datos entre la administración autonómica, que es la que los tramita y aprueba y la administración estatal, que es la que reconoce las prestaciones por desempleo de las personas afectadas».

Para UGT:

«El impulso de los ERTES, ha evitado una sangría mucho mayor. Ahora es necesario garantizar la reincorporación al empleo a estos trabajadores/as, según se vaya recuperando la actividad y prolongar los ERTES en aquellos sectores productivos y empresas donde sea necesario. Hay que tener en cuenta que la crisis no finalizará con el fin del Estado de Alarma y para UGT es imprescindible continuar aplicando medidas económicas y laborales que protejan a las personas que han perdido el empleo, no pueden acceder a uno o se han visto afectados por una reducción de ingresos. Es urgente poner en marcha una renta mínima coyuntural y extraordinaria que dé cobertura a las cientos de miles de familias que se han quedado fuera del escudo de protección social y hasta que se haga realidad una Ley de Ingreso Mínimo Vital».

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