- Se han invertido 400.000 euros en la restauración de este Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Conjunto Histórico
El consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, ha presentado, junto al alcalde de Puente del Congosto, Ángel Rosado Martínez, la obra de restauración del Puente Viejo, que conforma junto al castillo, un conjunto patrimonial coetáneo y funcional, testimonio material y documento histórico del entramado aduanero interior del reino y de la realidad del sistema económico propio de la sociedad de la época. Por ello, a finales de 2019 se procedió a declarar Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico, al considerarse la categoría más adecuada para la protección de estos elementos patrimoniales, por cuanto establece un instrumento idóneo de preservación de la valiosa relación existente entre ambos, el castillo y el puente, y también con el territorio en que se enclavan.
Ortega ha agradecido al Ayuntamiento de Puente del Congosto su disponibilidad y le ha animado a seguir trabajando por el patrimonio, “pues la acción coordinada de todos, debe servir para reconocer e impulsar las enormes posibilidades que nuestros recursos patrimoniales y naturales ofrecen como herramientas para el bienestar de las personas, y muy especialmente en su creciente capacidad de generación de empleo y de desarrollo para nuestros ciudadanos y para nuestros territorios. Y esto es aún más importante en el magnífico y extenso territorio rural de nuestra Comunidad”, ha señalado.
A partir de ese momento, la Consejería de Cultura y Turismo comenzó a trabajar en coordinación con el Ayuntamiento de Puente del Congosto para detener el progresivo deterioro de aquellos elementos formales y estructurales del puente, para devolver la integridad material y compatibilizar la conservación del monumento.
Los estudios arqueológicos, desarrollados de forma previa y en paralelo a la restauración, han permitido documentar los restos de diferentes fases de pavimentos, la configuración estructural de los arcos, la ubicación de la torre gemela y las refacciones que tanto a nivel de suelo como de paramentos, ha sufrido el puente a lo largo de su historia, así como la conexión del puente con el castillo a través de la puerta original. Todo con el objetivo de servir de estudios previos para el proyecto de restauración y puesta en valor de este conjunto patrimonial. A la vista de estos estudios, las actuaciones acometidas han consistido en la consolidación de los tajamares mediante la reposición de elementos perdidos, rejuntado y chapado en coronación y a comprobación de la estabilidad de las bóvedas, su consolidación interior y el rejuntado de piezas. Asimismo, en la calzada se ha realizado la limpieza y consolidación de gárgolas y saeteras y la limpieza y eliminación de vegetación en bordes de calzada junto a la limpieza de vegetación y consolidación de paramentos.
Este proyecto, que ha supuesto una inversión de casi 400.000 euros, constituye una verdadera acción integral, al acometer el estudio, investigación, conservación y restauración de este templo y ejemplifica las líneas de actuación de la Consejería de Cultura y Turismo, promoviendo un modelo de gestión sostenible del patrimonio cultural que plantea la consideración de los bienes del patrimonio cultural como recurso para el desarrollo territorial y social, y la actuación en la gestión y restauración como acciones al servicio de las personas.
Descripción del bien y su entorno
La localidad de Puente del Congosto, con un origen que se remonta al siglo XI e integrada en un primer momento en el alfoz abulense, pasó a formar parte del realengo de la Tierra de Ávila hasta que en 1393 fue donada por Enrique III de Castilla a Gil González Dávila, siendo posteriormente cabeza del Señorío de la Villa y Tierra de Puente del Congosto, hasta la abolición de los señoríos. En 1539, tras la guerra de las Comunidades, la villa de Puente de Congosto, perteneciente en ese momento a la orden de Calatrava, fue transferida a la Casa de Alba.
La localidad de Puente del Congosto conserva un conjunto de alto interés patrimonial, conformado por el castillo de los Dávila y el Puente fortificado sobre el río Tormes, por donde transcurre la Cañada Real Soriana Occidental. El castillo, que goza por su propio carácter de la consideración de bien de interés cultural, se encuentra ubicado en la margen izquierda del río Tormes y tiene un carácter defensivo y de control estratégico del paso del puente sobre el río Tormes. La historia de su construcción comienza en 1393, por el caballero Gil González Dávila, señor de estas tierras y sus descendientes; más tarde pasó a la orden de Calatrava. Parece ser que la reina Isabel I pernoctó en dicho castillo y también Carlos V se alojó en él, de camino a Yuste; en 1539, tras la guerra de las Comunidades, pasó a manos del Ducado de Alba, permaneciendo en esta casa hasta 1881, cuando una vez extinguido el cobro del portazgo, fue vendido, siendo actualmente de propiedad privada.
El puente sobre el río Tormes se encuentra junto al castillo e íntimamente ligado a éste. Situado al norte del casco urbano, fue construido en los siglos XII y XIII, en fábrica de sillares y mampostería muy similar a la del castillo y cimentado sobre el lecho granítico del río. Resulta especialmente interesante, por constituir parte del paso de una cañada real y por conservar restos de fortificación en el lado del castillo, sobre uno de los arcos del oeste, donde se aprecia una torre en ruina que posiblemente cerraba el paso del puente por la noche, con objetivos fiscales y de defensa. El arco central, de mayor tamaño que el resto, divide al puente en dos mitades asimétricas: la mitad oeste, que arranca a los pies del castillo, está constituida por cinco arcos de igual tamaño, quedando vestigios de una torre sobre el primer pilar de la margen izquierda y restos de la unión con el castillo a través de una puerta y otra torre; por su parte, la mitad este presenta seis arcos, que disminuyen progresivamente, y su superficie está inclinada. Los tajamares se encuentran a contracorriente del lado sur y los parapetos están rematados con albardillas.
Desde sus orígenes, puente y castillo forman un interesante conjunto patrimonial coetáneo y funcional, testimonio material y documento histórico del entramado aduanero interior del reino y de la realidad del sistema económico propio de la sociedad de la época. Por ello, a finales de 2019 se procedió a declarar Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico, al considerarse la categoría más adecuada para la protección de estos elementos patrimoniales, por cuanto establece un instrumento idóneo de preservación de la valiosa relación existente entre ambos, el castillo y el puente, y también con el territorio en que se enclavan.