- La persona propietaria de esos objetos podría padecer esquizofrenia
La actuación policial se inició tras recibir en dependencias de Policía Nacional una llamada telefónica en la que el requirente manifestó que se había cruzado en la vía pública con un varón que portaba una katana, a la vez que profería gritos amenazantes. Inmediatamente se recibieron nuevos llamadas, en las cuales vecinos la zona centro de la ciudad, manifestaban que el mismo hombre se encontraba en un balcón de un bloque de viviendas y continuaba clamando gritos intimidatorios.
A la llegada de los agentes al lugar de los hechos, se entrevistaron con vecinos del inmueble, quienes repitieron a los agentes la información, observando los actuantes como en el balcón del piso primero se encontraba una persona que manifestaba que él no tenía nada que ver con las llamadas y que el portador de la katana era una tercera persona que se había marchado del lugar.
Los funcionarios de Policía Nacional solicitan al morador entrevistarse con él, quien franquea libremente la puerta a los actuantes y les invita a entrar en el domicilio, observando tiradas en el suelo del salón dos katanas, que la persona reconoce de su propiedad y que espontáneamente manifiesta haber bajado a la calle con las mismas porque había escuchado unas voces que así se lo ordenaban. Además añade que es esquizofrénico y que aunque está medicado no toma lo que se le ha prescrito.
Ante tales hechos, los agentes de Policía Nacional, solicitan la presencia en el lugar de los servicios médicos, quienes a su llegada, y tras una primera valoración, el facultativo decide su traslado a la Unidad de Psiquiatría del Hospital de Salamanca, donde quedaría ingresado la espera de un diagnóstico definitivo.