Comienza el año cultural en el CEB presentando ‘Solo triste de oboe’, de la bejarana Yolanda Izard
- Un acto donde estuvieron presentes el diálogo ameno, un público receptivo, la amistad y las buenas letras
| CARMEN CASCÓN MATAS & ENRIQUE GARCÍA PERIÁÑEZ |
Comenzamos un nuevo año cultural en el Centro de Estudios Bejaranos con la presentación del último libro de nuestra compañera Yolanda Izard Anaya Solo triste de oboe en el CMC San Francisco de Béjar. Y es un acto muy especial: además de estar acompañada por el también miembro de nuestra institución Pedro Ojeda Escudero, resulta que es la primera puesta de largo en público de este libro. Y lo hace Izard Anaya en Béjar, la ciudad de la que es natural y en la que vivió su infancia, momento tan importante en la inspiración y creación literaria.
Diálogo ameno, público receptivo, amistad y buenas letras. Todos estos componentes se percibieron en el acto de presentación haciendo de la velada una delicia para intervinientes y público. Pedro Ojeda Escudero, haciendo gala de su experiencia en estas lides, marcó la pauta para indagar y sacar a la palestra a Yolanda Izard Anaya, ahondando en su infancia, en sus experiencias vitales, incluso en el subconsciente de la autora para intentar explicar los temas y el estilo de estos treinta y dos relatos que componen Solo triste de oboe. Como bien confesó Izard algunas de estas piezas literarias conectan con Zambullidas, un libro de formato similar que vio la luz en 2017.
Y se habló de la presencia constante del agua en su creación literaria; y de las distopías que aparecen por vez primera en este libro; y en la mezcla entre sueño y realidad con una mayor presencia de lo onírico en la trayectoria de Izard Anaya; y de las experiencia infantiles y de los fantasmas; y de lo próximos que están el dolor y la belleza; y de lo personalísimo que es el estilo literario y los temas de su autora; y del protagonismo de los niños en muchos de sus relatos; y de la cadencia de su prosa muchas veces poética; y de la desconexión entre su literatura, siempre marcada por un velo de tristeza, y su creación artística, en la que los niños, la fragilidad y de la belleza se dan la mano. Y se leyeron algunos de estos relatos, los más cortos, provocando el aplauso espontáneo del público.
El libro, editado en Castilla ediciones dentro de la Colección Cuentenario Narrativa, coordinada por José Ignacio García, fue dedicado por Yolanda Izard Anaya a todos los que se acercaron al final de la presentación.