Impunidad
| JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ CELADOR |
En la tarde del pasado viernes, último día del mes de enero, el señor alcalde de Béjar, en una entrevista publicada por un medio, afirmó sin rubor que la estación de esquí Sierra de Béjar – La Covatilla estaba abierta. En concreto, se decía textualmente: “En estos momentos, tal y como ha reconocido Martín, están abiertos los servicios de restauración, así como la pista de debutantes y el parque de nieve”. FALSO. A esa hora, como durante todo el día, igual que al día siguiente y lo mismo que ocurre hoy domingo, los servicios de información del Ayuntamiento, la web oficial de la Estación, y los testimonios a pie de pista informan que las pistas están cerradas, y que sólo funciona el servicio de restauración.
Esto es un hecho innegable, no sujeto a interpretaciones. El señor alcalde de Béjar miente.
¿Y cómo es posible que esto ocurra? Pues a mí se me ocurren un par de respuestas a esa pregunta:
1.- El alcalde no sabe que miente. El alcalde no sabe que la estación no tiene director, el alcalde no sabe que aún no se han realizado los trabajos de puesta a punto, el alcalde no sabe que falta mucho personal por contratar, el alcalde no sabe que falta validar la revisión extraordinaria, el alcalde no sabe que las pistas están cerradas… Esta opción, sin duda, es preocupante y desoladora… pero es una opción.
2.- El alcalde sabe que miente, pero le da igual. Y le da igual porque sabe que puede hacer y decir lo que quiera con total impunidad. Sabe que ninguno de los miembros del equipo de Gobierno van a levantar la voz, instalados en una inexplicable y cobarde “lealtad inquebrantable”. Sabe que ningún colectivo de vecinos, empresarios, hosteleros, trabajadores o cualquier otro va a pedir explicaciones. Total y absoluta impunidad, que maneja con maestría (quizá sea lo único que maneja con maestría).
¿Y la oposición?, preguntará alguien. Pues la oposición emitirá nota de prensa o comunicados en redes sociales, que se toparán con una andanada de “sois todos iguales”, “sólo sabéis protestar”, “tenéis que remar todos en la misma dirección”, “al final está bien, porque unos cientos de personas han hecho culiplás, y eso parece que os molesta”, y otras veleidades por el estilo. Y entonces intentaremos preguntar en las comisiones informativas del próximo martes, y nos dirán que eso lo tiene que responder el alcalde, y el alcalde no está, y lleva meses sin aparecer por las comisiones informativas, incluida la que preside. Pero no pasa nada. Y entonces iremos al Pleno de final de mes. Y ahí el alcalde no puede esconderse. Y responderá. Y dirá, con cualquier argumento, que la culpa es nuestra, y rematará citando a Pedro Sánchez o a su esposa.
En fin. A mí esta segunda es la opción que me parece más acertada. Porque hay otra opción más, y es que el señor alcalde se crea lo que dice, porque como alcalde puede inventarse una realidad paralela. Pero para analizar esta última, precisaríamos el asesoramiento de los redactores de Cuarto Milenio.
Es triste y lamentable la situación en que se encuentra la estación de esquí. Y que no se haya hecho nada al respecto, y que sea la única estación de esquí española sin ninguna pista abierta. Pero más lamentable es que el alcalde nos mienta de esta manera, sin despeinarse, y más triste es que una buena parte de la ciudadanía vea como les llama tontos a la cara sin reaccionar.
En estas circunstancias, y no me cabe la menor duda, el alcalde seguirá instalado cómodamente en su impunidad.