- La PDBB exige «hacer pública toda la documentación de la operación y que se depuren responsabilidades»
- «Se nos ha dicho que contaban con los permisos necesarios, con informes veterinarios previos, pero nunca los han mostrado. Tampoco se nos enseña ese contrato con la “empresa especializada”»
Después del aluvión de críticas que la sociedad civil de Béjar, diversas asociaciones y partidos políticos, han dedicado al macabro hecho acaecido el pasado lunes, 14 del corriente, de la “batida controlada” sobre la población de ciervos en El Bosque, y después de recabar toda la información posible, desde la Plataforma en Defensa de El Bosque (PDBB), «y con el sosiego de la distancia en el tiempo, además de unirnos a todas esas voces, no podemos por menos que mostrar nuestra repulsa de los hechos y hacer algunas consideraciones»:
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Han sido varias las veces que esta Plataforma ha preguntado a nuestro Ayuntamiento por qué se introdujeron estos animales en El Bosque y si se había hecho con los controles veterinarios oportunos. Como siempre, la callada por respuesta. El hecho es que el tiempo, como siempre, acaba dándonos la razón. ¿No se pudo entonces hacer un control sanitario y crotalizar a los ciervos?, ¿no se podía haber hecho un seguimiento veterinario de su población y un control cinegético antes de llegar a esta situación?, ¿no se pensó que siendo un recinto cerrado y de limitada superficie su número acabaría por ser insostenible y que de esta manera se fomentaría la consanguineidad entre ejemplares? Lo que queda claro es que la introducción de los ciervos en El Bosque fue un capricho de nuestro alcalde que siempre ha entendido el BIC como su finca particular y, como siempre, sin tener en cuenta las consecuencias. Es cierto que por el año 1.555 está documentada la existencia de ciervos y gamos en El Bosque, pero no es menos cierto que el Plan Director habla de introducir ganado vacuno en su justo número para que pueda estar bien alimentado, siempre que esté debidamente atendido y no se causen daños al BIC por exceso de carga ganadera. Estaríamos de acuerdo en la introducción de cierta cantidad de ciervos que convivieran con las vacas, ya que la belleza de este animal sería un atractivo más para nuestro BIC, siempre bajo estricto control sanitario y de población. Lo que no parece tan acertado es introducir animales a capricho (ovejas, burros, ponis, etc.) y olvidarse del vacuno que es lo que dice ese Plan Director que nuestros ediles encarcelaron en el fondo de algún cajón. No sería extraño que desde su introducción hasta esta falta de control veterinario, hayan podido incurrir en algún tipo de ilegalidad. En alguna ocasión en el Pleno del Ayuntamiento se han mostrado fotos de cacerías en El Bosque que no se sabe muy bien por qué nunca se hicieron públicas ni generaron la oportuna investigación. Tal vez, los “nuevos duques” habían pensado en hacer ellos mismos el control cinegético, lo que sería ilegal a todas luces, pues ni es coto de caza ni nada que tenga que ver con ella.
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Se nos ha dicho que contaban con los permisos necesarios, con informes veterinarios previos, pero nunca los han mostrado. Tampoco se nos enseña ese contrato con la “empresa especializada” y, aunque dicen que los beneficios de la venta de la carne engrosará las arcas municipales, tampoco se documenta (no deja de ser curioso que estas miserias sean valoradas por nuestro Ayuntamiento mientras se rechaza la renta anual por uso ganadero que se ingresaba hasta mediados de los años 90). Lo que no ocultan es su incumplimiento sistemático de la Ley de Transparencia.
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Es El Bosque un lugar donde disfrutar de la naturaleza, de la paz de sus prados y su bosque, del sosiego que produce el sonido de sus aguas y el trino de los pájaros que en un desatinado día ha pasado a ser un mal sueño en un teatro. En sus disculpas, nuestros ediles dicen que llevan más de dos años planeando el supuesto “control cinegético” y, después de tanto tiempo, el resultado es este sinsentido aberrante y sádico e incluso ilegal ante la mirada atónita de los vecinos a los que se atreve a llamar hipócritas por no quejarse de la muerte de los animales en el matadero de los que salen sus filetes (como comparar al Sr. Alejo con la Madre Teresa de Calcuta) ¿Habrá visto este señor un matadero en su interior? Si se cumple la legalidad, en un matadero se sacrifica a las reses mediante medios más eficaces, sin sufrimiento animal y, desde luego, fuera de la vista del público. Dese una vuelta por nuestro matadero y pregunte antes de dilapidar un puñado de puestos de trabajo. La soberbia de éstos que nos gobiernan no tiene límites.
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Y todo esto lo lleva a cabo una “empresa especializada”. ¿Especializada en barbaries, en montar espectáculos públicos?, ¿qué clase de especialización tiene cuando no es capaz de señalizar el perímetro en el que se va a hacer una cacería? El Ayuntamiento ha hecho público el informe de la empresa sobre el descaste (más parece un intento de liberar los hombros del alcalde) que no esclarece nada, sino que genera muchas más dudas. En él se dice que los trabajadores son expertos en actividades cinegéticas, mientras que los videos que pululan por las redes lo único que demuestran es que son cazadores, malos cazadores, pues si actúan así en público, qué no harán cuando cazan en la soledad de las montañas (indiquemos en este punto que alguno de ellos se encaró de malas maneras con algún vecino que fotografiaba la escena). También nos dice el informe que seleccionaron los animales a abatir para dejar a los más jóvenes mientras que en algún vídeo se ve cómo los perros se ceban con un cervatillo (en definitiva, el informe está plagado de falsedades). Y como colofón nos indican que no asistió ningún agente de la Junta de Castilla y León que concedió supuestamente los permisos. ¿Llegaremos a saber qué fue de los ciervos sacrificados y de sus cabezas?, ¿llegaremos a saber el engorde de las arcas municipales a través de la partida de sus carnes?… Lo decimos por aquello de la Ley de Transparencia.
«Por todo lo expuesto, y aquello que se nos haya podido pasar», la PDBB exige «hacer pública toda la documentación de la operación y que se depuren responsabilidades sobre los hechos acontecidos por el bien del BIC Jardín Histórico El Bosque de Béjar y para restituir la imagen tan salvaje que de nuestro pueblo se ha ofrecido a la de una sociedad europea del siglo XXI. Sr. Alcalde, en adelante, cíñase al Plan Director cuando contemple cualquier intervención que tenga que ver con el BIC. Evitaremos así este tipo de espectáculos y la degradación a la que usted somete continuamente a El Bosque».