Editorial 515 | Pleno fantasma en Béjar

• PP y Vox cruzaron la línea entre la incompetencia y la vergüenza ajena hace ya demasiado tiempo

Lo del pleno extraordinario de ayer en Béjar no fue un error puntual ni un malentendido administrativo. Fue el síntoma más evidente de un gobierno agotado, desorganizado y peligrosamente ajeno al respeto institucional. El equipo de Gobierno PP-Vox volvió a dejar claro que no está a la altura de la ciudad que dice representar.

Una sesión plenaria convocada con pompa pero sin alma, sin cuerpo y sin contenido. Un salón vacío de propósito, donde los puntos del día se desvanecieron como humo por falta de forma, de fondo y de documentos. Solo quedaron ecos, papeles sin sustancia y la penumbra institucional de un equipo de Gobierno que deambula entre la torpeza y el desprecio a las normas. Un espectáculo digno del más triste teatro político.

Asuntos cruciales como la gestión de La Covatilla, o importantes expedientes de personal, terminaron en nada porque no cumplieron ni con los trámites más básicos. Porque ni siquiera llevaron los puntos a dictamen en las comisiones informativas previas. Sencillamente, no prepararon la documentación mínima exigible para debatir.

En el caso de La Covatilla, más allá de los defectos de forma, quedó claro la falta de transparencia, y las sospechas más que fundadas de una maniobra para externalizar el servicio sin debate público ni garantías. Por otro lado, en los expedientes de personal, y concretamente con la amortización de la plaza de vicesecretaria general, brillaban por su ausencia los acuerdos con sindicatos y representantes de los trabajadores en la mesa negociadora. Ni diálogo ni rigor. Solamente chapuza y oscurantismo.

Este no es un caso aislado. Es la consecuencia lógica de dos años de desgobierno errático, autoritario y marcado por la improvisación, que desprecia el consenso, que esquiva el debate y que demuestra, pleno tras pleno, su absoluta carencia de preparación. Media legislatura con cada pleno convertido en papel mojado y oportunidades perdidas.

PP y Vox en Béjar cruzaron hace ya demasiado tiempo la línea entre la incompetencia y la vergüenza ajena.