Los Premios de Física 2019 reconocen el trabajo del catedrático bejarano Santiago Velasco
- Galardón otorgado por la Real Sociedad Española de Física y la Fundación BBVA
El catedrático de Física Aplicada en la Universidad de Salamanca, el bejarano Santiago Velasco Maíllo, y el investigador Carlos Hernández-García, perteneciente al Grupo de Investigación en Aplicaciones del Láser y Fotónica (ALF-USAL), han sido galardonados en los Premios de Física 2019, otorgados conjuntamente por la Real Sociedad Española de Física y la Fundación BBVA desde 2007.
Durante la ceremonia de entrega celebrada en Madrid, a la que asistió la vicerrectora de Investigación y Transferencia de la Universidad de Salamanca, Susana Pérez Santos, se han reconocido avances en la exploración de los componentes más elementales de la materia, la creación de nuevos materiales con propiedades insólitas, la fabricación de células sintéticas capaces de transportar fármacos, la invención de tecnologías ópticas para mejorar la visión, y el desarrollo de la computación cuántica.
Estos galardones reconocen la excelencia de los mejores científicos españoles en este campo, con atención especial a los jóvenes investigadores. Los premios fueron instaurados por la RSEF en 1958 y son ya una tradición en el ámbito de la física española. Su ceremonia de entrega reúne cada año a muchos de los mejores expertos en esta disciplina, que es celebrada como rama de la ciencia producto de la más pura curiosidad por entender el mundo, y que se nutre de imaginación y creatividad.
En esta edición la Medalla de la Real Sociedad Española de Física (RSEF) se ha concedido a Eugenio Coronado, por ser uno de los pioneros mundiales del magnetismo y la espintrónica molecular, y abrir vías de avance en computación cuántica y nuevos materiales. Carlos Dorronsoro ha ganado el Premio Física, Innovación y Tecnología por desarrollar y transferir tecnologías ópticas con un alto impacto social y económico.
Los galardonados en las categorías de Joven Investigador son Carlos Hernández-García (Física Teórica), por sus contribuciones a una nueva generación de láseres ultrarrápidos; y Laura Rodríguez (Física Experimental), por sus resultados en física experimental de la materia condensada blanda.
En Enseñanza y Divulgación de la Física los galardonados son Santiago Velasco (Enseñanza Universitaria), por acercar la física a un público muy amplio que abarca desde estudiantes a colectivos desfavorecidos o en riesgo de exclusión; y Miguel Ángel Queiruga (Enseñanza Media), por su implicación en proyectos educativos nacionales a internacionales y su gran capacidad de involucrar a los estudiantes.
Los premios al Mejor Artículo en las publicaciones de la RSEF han sido para Isabel Salinas Marín, Marcos H. Giménez, Juan A. Sans, Juan C. Castro-Palacio y Juan A. Monsoriu, profesores del proyecto SmartPhysics y autores del artículo “Cómo visualizar oscilaciones forzadas en tu Smartphone”, en el que el teléfono móvil se convierte en una eficaz herramienta pedagógica; y para Prado Martín, autora de “Monólogo de una gravitona en crisis de identidad. O sobre las teorías alternativas de gravedad”, sobre física gravitacional.
Premio Enseñanza y Divulgación de la Física
Santiago Velasco Maíllo (Béjar, Salamanca, 1951), galardonado con el Premio Enseñanza y Divulgación de la Física en Enseñanza Universitaria, es catedrático de Física Aplicada en la Universidad de Salamanca. También da clases a mayores de 55 años en las dos universidades salmantinas, y ha impartido más de un centenar de charlas en museos, colegios, planetarios, colegios mayores, asociaciones, ayuntamientos e incluso cafés.
Tanto si se dirige a niños, estudiantes de secundaria, personas con discapacidad intelectual, universitarios o presidiarios, Velasco se entrega a su público “con el corazón”, afirma, porque sabe que debe “contagiar pasión”.
“La experiencia es magnífica”, aseguró Velasco Maíllo durante su intervención ayer en la sede madrileña de la Fundación BBVA. Él se dedica a enseñar y divulgar porque “la física es maravillosa y porque vivimos en un entorno muy tecnológico, y es importante entender su base científica. Para preservar el entorno, o en cuestiones de salud, si la gente tiene que decidir, tiene que conocer. Los científicos tenemos un papel clave. También por cultura. Las encuestas sobre cultura científica en España no nos dejan muy bien parados, y es preocupante. Una sociedad de conocimiento es más libre y responsable”.
Premio Investigador Joven en Física Teórica
Carlos Hernández García (Salamanca, 1984), ganador del Premio Investigador Joven en Física Teórica, trabaja generando pulsos láser tan rápidos que pueden transcurrir en la trillonésima parte de un segundo, en lo que se conoce como attosegundo. Estos brevísimos destellos de luz ultravioleta abren a la observación procesos que ocurren a escalas de tiempo hasta ahora inabordables: “Un electrón tarda en orbitar un núcleo atómico unos 100 attosegundos aproximadamente”, explicó Hernández-García.
Los láseres de attosegundo definen la fracción de tiempo más breve acotable con la tecnología disponible hoy. Es la escala temporal a la que se mueven los átomos y las moléculas. En concreto, las moléculas rotan en el rango de los picosegundos, que son billonésimas de segundo; los átomos vibran en femtosegundos –milbillonésimas de segundo–; y los electrones orbitan el átomo en attosegundos –trillonésimas de segundo–. El movimiento de los átomos en las moléculas es la esencia de las reacciones químicas.
En su discurso, Hernández ensalzó la ciencia básica, “cada vez más olvidada en los programas de financiación, lo que refleja el afán de nuestra sociedad por obtener progresos inmediatos. Sin embargo, ¿no os parece suficientemente fascinante la idea de descubrir cómo funciona el mundo que nos rodea? Yo me siento afortunado, tengo la suerte de poder explorar la naturaleza en la frontera del conocimiento, de desentrañar nuevos procesos físicos estudiando cómo interaccionan los pulsos de luz láser con los componentes más elementales de la materia. Por ejemplo, somos capaces de crear, medir y manipular pulsos de luz muy breves, de unas trillonésimas de segundo. ¿Y para qué? Pues aún no lo sé, pero es fascinante”.