Manuel Álvarez-Monteserín entrega a la Universidad de Salamanca un busto de Miguel de Unamuno
- La obra permanecerá expuesta en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial (ETSII) de Béjar
Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo hace entrega a la Universidad de Salamanca de un busto de Miguel de Unamuno, realizado en terracota y modelado en barro rojo y cocción, con acabado a la cera.
Esta escultura formó parte de la muestra sobre Miguel de Unamuno que, bajo el título de “Unamuno y Béjar”, fue comisariada por José Antonio Sánchez Paso (USAL), producida por la Oficina del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca y expuesta en el Centro Municipal de Cultura San Francisco en 2019.
Por primera vez y de una manera exhaustiva, se dio a conocer la estrecha relación que Unamuno mantuvo en Béjar con un nutrido número de amigos a lo largo de los años, atraído, como buen viajero que fue, por la naturaleza de sus montañas y pueblos, hasta el punto de que se convirtió en uno de sus lugares predilectos para el descanso vacacional.
Monteserín mostró, desde el momento mismo de la inauguración, su intención de hacer entrega de dicha obra a la Universidad de Salamanca y, más concretamente, a algún espacio con carácter unamuniano.
Manuel Álvarez-Monteserín, bejarano, es ingeniero industrial por la Universidad de Salamanca y licenciado por la de Alcalá de Henares en Documentación. Con una larga y variada trayectoria en la enseñanza, cabe destacar su inmensa labor al liderar la recuperación del archivo histórico docente de Béjar, por lo que se le concedió el Premio a la Innovación Educativa en 2016 y la Medalla de la Ciudad.
Los vínculos personales y profesionales del donante con la ciudad de Béjar, unido a la estrecha relación que Miguel de Unamuno mantuvo con ésta, como quedó perfectamente documentado en la exposición, es el motivo por el cual ha parecido oportuno que el busto quede depositado en la ETS para que pueda ser contemplada por los bejaranos.
La Universidad de Salamanca, a través de la Casa-Museo Unamuno, agradece la generosidad del donante, convencidas ambas de que la Escuela de Béjar es el mejor espacio posible para acoger su escultura.
