Opinión

Un órdago que puede hacer perder la partida a la ciudad

ALBERTO SEGADE ILLÁN | CxByC

La complicada situación de Béjar, que se debería haber afrontado desde hace tiempo con amplitud de miras y talante negociador por parte de los partidos políticos que nos representan en el Ayuntamiento, se ha agravado casi hasta el límite tras la exigencia pública de dimisión hacia la alcaldesa por parte de `Tu Aportas´.

Permitir el gobierno de la formación socialista y luego asfixiar su gestión no es lo que la ciudad necesita. Tampoco es admisible recurrir a los comunicados de prensa para presionar a los socios de investidura y eludir cualquier responsabilidad sin mojarse. Las ambiciones personales no pueden estar por encima del interés común; ya que, en este caso, lo que `Tu Aportas´ acaba de escenificar parece más bien una estrategia premeditada para culminar venganzas personales o rencillas mal resueltas, pues no se debe olvidar que Javier Garrido abandonó el PSOE tras no ver sus aspiraciones cumplidas.

Los problemas e inquietudes que afectan al conjunto de la ciudad, permanecen enquistados y sin visos de solución, mientras, quienes han sido elegidos para afrontarlos, se obstinan en torpedearse mutuamente en una lucha estéril por el poder. Abundan las descalificaciones personales, faltan proyectos alternativos y no se apunta ningún signo que refuerce la contribución entre todos para salir del atolladero.

A la vista de este panorama, queda patente el fracaso de una legislatura, que no sólo es incapaz de estructurar soluciones, sino que, muy al contrario, complica cada vez más nuestro futuro. El órdago de Javier Garrido ha puesto la guinda en un pastel donde el consenso es imposible.

Mientras tanto, todo sigue pendiente: Nuestro hospital, el Plan de Reindustrialización, la articulación de nuestra oferta turística, La Covatilla, el posible aprovechamiento de los recursos disponibles… Tras las sucesivas mayorías del P.P., con el resultado de una ciudad que ha perdido la cuarta parte de sus habitantes, necesitábamos que el resto de los partidos se pusieran de acuerdo para actuar de manera coordinada y constructiva. No ha sido así y el panorama que se nos presenta es ciertamente desalentador.

La ilusoria tentativa de `Tu Aportas´, pidiéndole al PSOE que releve a la alcaldesa, ha sido inmediatamente refutada y anuncia la ruptura del pacto que le dio la alcaldía a Elena Martín Vázquez. El ofrecimiento de postularse como alcalde por parte de Garrido no alcanza ni el rango de ensoñación ¿Pretenden volver a sentar en el sillón de alcalde a Alejo Riñones?, no cabe otra explicación, a pesar de que digan lo contrario.

Pero el anterior alcalde, tras su nefasta gestión, que ha arruinado la economía municipal con sus erráticos procesos judiciales, tendrá que responder, junto a Raúl Hernández, a una reclamación patrimonial, por importe de más de ocho millones de euros, interpuesta por accionistas de la extinta Gecobesa. Ambos, además, se verán imputados penalmente en breve tras la presentación de la querella que dimana de dicha reclamación, lo que les inhabilitará para postularse a nada.

Es decir, que si antes estábamos mal, ahora estamos peor con un equipo de gobierno en minoría, incapaz de ver aprobadas sus propuestas (que podrían verse mejoradas con la colaboración de todos) y a las puertas de una moción de censura que sólo puede tener un ganador, descalificado de antemano. Mientras tanto, todas las  cuestiones pendientes de resolver, siguen esperando que alguien se ocupe  de ellas.

Nosotros creemos que el buen político no es el que arrasa a sus contrincantes en beneficio propio, sino el que es capaz de poner de acuerdo a los demás en beneficio de los ciudadanos. Por esto consideramos, que en la tesitura actual, lo más conveniente sería que se recondujera el gobierno municipal integrando a los socios de investidura en algunas concejalías, con el objetivo común de trabajar en aras de la ciudad. De este modo el Sr. Garrido, debería reclamar para su grupo las concejalías de sanidad y turismo con La Covatilla (que parecen ser las cuestiones que más le preocupan) y conseguir la unanimidad que permita aprobar cualquiera de sus propuestas.

Pero mucho nos tememos que el deber de organizar bien el presente para mejorar nuestro futuro, que es para lo que han sido elegidos, volverá a quedar relegado tras las aspiraciones personales y partidistas de quienes, tras lo que sería una nueva traición a la ciudadanía, no volverán a merecer nuestro voto.

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