Yo no voté cambio para estar igual
JAVIER MATEOS
Yo voté cambio en las elecciones municipales. Voté cambio porque pensaba que “la era de Alejo” había finalizado. Yo pedía cambio porque entendía que todos tenemos nuestro momento, y el de Alejo Riñones había pasado ya hace algunos años. Su altivez en el trato, su creencia de creerse por encima de todos y que sabía de todo incluso más que los propios profesionales, hacía que no escuchara a nadie.
Un día, hace ya algún tiempo, entablé con él una conversación en la calle Colón dándole mi opinión y mis ideas sobre diversos temas. A partir de entonces, dejó de saludarme y hacía que no me veía cuando nos cruzábamos.
Pensando en el bien de mi ciudad, decidí no votar a Alejo. Decidí votar cambio, pero tras este tiempo, me he cansado de escuchar y ver que el virus ha paralizado la actividad municipal. El virus no solo ha afectado a Béjar, ha sido un mal mundial, y no veo que el resto del mundo esté parado sin hacer nada.
Yo no voté cambio para ver cómo sigo pagando los costes y los gastos de todo lo que se hizo más en su día sin que se esté reclamando a los responsables. Yo no voté cambio para que, después de casi dos años, no se sepa exactamente lo que ocurrió en la matanza de ciervos de El bosque. Yo no voté cambio para ver que las contrataciones de personal se siguen haciendo como antes. Yo no voté cambio para ver una ciudad sin actividades culturales. Yo no voté cambio para ver que se ha desmantelado lo legal o no, pero que funcionaba. Yo no voté cambio para ver como la finca de El Bosque sigue sin un futuro claro. Yo no voté cambio para ver cómo se improvisa continuamente. Yo no voté cambio para ver cómo está abandonado todo el entorno sin desbroce. Yo no voté cambio para ver cómo no se escucha a los vecinos.
Yo no voté cambio para estar igual.