Béjar, presente en un libro clave sobre la arquitectura civil románica
- Las casas medievales del barrio de La Antigua destacan como ejemplo excepcional de carpintería románica y reclaman mayor protección patrimonial
La reciente publicación de Casas y palacios románicos en España, del medievalista José Luis Rebollo Herrero (Madrid, 2025), ha puesto el foco en un ámbito históricamente relegado del arte medieval: la arquitectura civil románica. En sus 218 páginas a todo color y en un formato superior al habitual, la obra aborda con rigor y profundidad la huella del Románico más allá de templos y fortalezas, adentrándose en el mundo doméstico y palaciego, tan poco estudiado como esencial para comprender la vida medieval.
El libro analiza de manera exhaustiva las distintas tipologías conservadas en España, desde torres y casas fuertes, pasando por viviendas ligadas a castillos, hasta casas y palacios urbanos, palacios reales y palacios episcopales y abaciales. Un recorrido completo por ese “otro Románico” que, como ya señalaron investigadores anteriores —entre ellos Miguel Sobrino González, colaborador también en esta obra—, constituye una asignatura pendiente dentro de los estudios medievales, tradicionalmente centrados en la arquitectura religiosa y militar.
Uno de los grandes méritos del trabajo de Rebollo Herrero es haber identificado más de 300 ejemplos de arquitectura civil románica, una cifra muy superior a la esperada, especialmente si se tiene en cuenta la escasez de palacios conservados y, aún más, de viviendas populares medievales, datadas mayoritariamente entre los siglos XII y XIII, con algunas pervivencias en el XIV. La obra no solo amplía el catálogo conocido, sino que corrige una carencia historiográfica de largo recorrido.
Es precisamente en esa etapa tardía, a caballo entre los siglos XIII y XIV, donde se sitúan los ejemplos de Béjar recogidos en el libro. Se trata de las casas con voladizos de madera del barrio de la Antigua, una muestra excepcional de carpintería medieval que el autor define como “una maravillosa pervivencia, extremadamente valiosa, de la manera de construir y decorar las viviendas en la Baja Edad Media”. Originalmente fueron tres parcelas urbanas contiguas, con salientes de estructura similar, compuestos por tres hileras de vuelo sucesivo sustentadas por canes de madera finamente tallados, auténticos modillones en proa de nave, inspirados en modelos románicos de piedra y madera.
Aunque la vivienda central desapareció hace décadas, se conservan fotografías de entre 1915 y 1920 que documentan su existencia y confirman la coherencia constructiva del conjunto. Las dos casas que aún permanecen en pie presentan, sin embargo, un estado de conservación muy precario, agravado por intervenciones recientes sin dirección facultativa, claramente inadecuadas para garantizar su preservación. Todo ello resulta especialmente llamativo si se tiene en cuenta que estas edificaciones se encuentran dentro del Conjunto Histórico de Béjar, declarado en 1974 y reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1985.
Pese a su evidente valor histórico y artístico, ninguna de estas casas medievales figura de forma específica en el Catálogo del Plan Especial de Protección aprobado en 1996, más allá de unas condiciones genéricas de carácter ambiental. Una ausencia que pone de manifiesto la necesidad urgente de revisar y actualizar dicho instrumento urbanístico, incorporando un mayor conocimiento técnico y mejores garantías de protección patrimonial.
La inclusión de estas viviendas románico-mudéjares bejaranas en la obra de Rebollo Herrero debería servir como argumento definitivo para reconocer su interés objetivo. Tras más de 700 años desafiando el paso del tiempo, la extraordinaria carpintería de armar de sus voladizos merece algo más que resistencia pasiva: requiere catalogación, protección y conservación efectiva. Esta publicación se convierte así en una llamada pública a la Dirección General de Patrimonio Cultural de Castilla y León y al Ayuntamiento de Béjar, instando a que los órganos competentes actúen con la responsabilidad que exige un legado patrimonial de esta relevancia.

