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Editorial 513 | Situación límite

    • La prepotencia y la sordera son signos distintivos de este desgobierno

Este equipo de Gobierno de PP y Vox, en clamorosa minoría, está llevando a Béjar al más absoluto desastre y a una situación límite. Los inexistentes presupuestos de 2024 y 2025 demuestran su parálisis. Ni siquiera han presentado propuesta alguna al respecto desde que asaltaron el sillón en junio de 2023.

La prepotencia y la sordera ante la voz de la oposición son también un signo distintivo de este desgobierno. Retirar modificaciones de crédito para adquirir una parcela o reparar una pista de tenis, obviando las enmiendas socialistas que proponían una vía de financiación más sensata a través del Plan de Acción Municipal, es síntoma de una supina incapacidad para llegar a consensos priorizando el interés general por parte del reprobado alcalde de Béjar, Luis Francisco Martín (PP).

Otro polvorín a punto de estallar es la precarización laboral de los empleados municipales. La reiterada falta de compromiso en las mesas de negociación y el despótico desprecio hacia los representantes sindicales son intolerables. Este equipo de gobierno prefiere la confrontación legal a la negociación, con el consiguiente gasto innecesario para las arcas municipales y, por ende, para los bolsillos de los bejaranos. Se trata de, siendo muy benévolos, una muestra de torpeza política sin precedentes.

DECADENCIA SOCIAL

Los trastornos de Béjar van mucho más allá de los problemas administrativos y las cifras económicas. Lo que realmente se percibe en la calle es una preocupante decadencia social y medioambiental, un reflejo directo de la nula visión de Martín y sus acólitos.

Una  imagen de ciudad descuidada ahuyenta a visitantes, a turistas y a inversores. La suciedad en las calles, además de una cuestión estética, deja una sensación de abandono generalizado, impactando directamente sobre la calidad de vida de los vecinos y en la percepción de nuestra ciudad. Esta inoperancia en la gestión de residuos, las carencias en tareas de mantenimiento de las zonas verdes y la escasez de políticas activas para la sostenibilidad; son alarmantes.

El desempleo sigue siendo una losa pesada, especialmente entre los más jóvenes. No hay ninguna estrategia clara de atracción de empresas, ni de apoyo real al pequeño comercio local, ni tampoco iniciativas que fomenten el emprendimiento. La ausencia de perspectivas condena a nuestra juventud a buscar oportunidades fuera, vaciando de futuro, y de un enorme potencial, a esta maltrecha sociedad bejarana con una pirámide poblacional invertida.

UN POSIBLE FINAL AL POZO INSONDABLE

La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la legitimidad de las mociones de censura es un faro de esperanza en esta travesía por el desierto. Llegados a este punto, una moción de censura no es ya una opción, sino una necesidad imperiosa para el futuro de Béjar. Es el momento de exigir un cambio que devuelva la vida a nuestras calles, la esperanza a nuestros vecinos y la dignidad a nuestra ciudad.