La historia del convento de San Francisco de Béjar: Una historia por descubrir
- Marcos Casquero abordó la historia de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad que ha sido escasamente estudiado por los investigadores
| CARMEN CASCÓN MATAS & ENRIQUE GARCÍA PERIÁÑEZ |
En el salón de actos del Centro Municipal de Cultura San Francisco de Béjar, como no podía ser de otra manera en esta ocasión, continuaron las actividades organizadas por el Centro de Estudios Bejaranos dentro del programa ‘Tardes de verano en San Francisco’. Y decimos que no podía haber lugar mejor para ello porque el profesor Manuel Antonio Marcos Casquero departió acerca precisamente de la historia de este edificio histórico.
Fue la presidenta del Centro, Josefa Montero García, quien presentó al ponente, catedrático de Filología Clásica de la Universidad de León y primer presidente del CEB, exponiendo un resumen de su extenso currículum, en el que figuran más de cuarenta publicaciones.
Después Marcos Casquero abordó con la proyección de oportunas fotografías la larga historia del convento San Francisco, una andadura que comenzó a principios del siglo XIV y que tiene su continuidad en el día de hoy, no como cenobio franciscano sino como centro cultural tras su rehabilitación. Con la llegada de los Zúñiga a Béjar como señores de la villa y posteriormente ostentando el título de duques, su trayectoria entró dentro de la órbita ducal, pasando de la provincia de Santiago a la de San Miguel, con una breve dependencia de la de los Ángeles, para regresar a San Miguel. De su mecenazgo cabe destacar la construcción del claustro, concluido en 1599 y amparado por los duques Francisco Diego López de Zúñiga y María Andrea de Guzmán y Sotomayor. En 1750 la iglesia sufrió un grave incendio y fue reconstruida por voluntad del último duque de Béjar, Joaquín de Zúñiga. En 1845 sufrió el proceso desamortizador, expulsados sus monjes y siendo adquirido por la burguesía industrial bejarana. De su abandono da buena cuenta la desaparición de su iglesia y de otros elementos significativos, aunque el edificio fue utilizado como hospital, instituto de segunda enseñanza, colegio y Escuela Industrial. En los años 90 del siglo XX se vio sometido a un proceso restaurador para transformarlo en un centro municipal de cultura, que engloba biblioteca, archivo, Escuela de Música, la Colección “Valeriano Salas”, y dependencias municipales, entre otras.
Fueron muchos los bejaranos que asistieron a esta ponencia magistral y muy documentada de Manuel Antonio Marcos Casquero, quien se caracteriza por su claridad expositiva y sus hondos conocimientos sobre el pasado de Béjar. Con ella abordó la historia de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad que, curiosamente, ha sido escasamente estudiado por los investigadores.