«Riñones se atreve a criticar, torpemente, todo lo que él hizo antes mucho peor»
ALBERTO SEGADE ILLÁN | CxByC
Ante la situación actual de la estación de esquí, las polémicas suscitadas en las redes sociales y en contestación a las salidas de tono de Alejo Riñones en relación a la misma, CxByC quiere manifestar su posición al respecto a través de esta nota de prensa.
Cuando un grupo político del ayuntamiento utiliza las redes sociales para pedir explicaciones acerca de la producción de nieve, nos quedamos perplejos y confundidos, casi tanto como ante las acusaciones de falta de transparencia y actitud prepotente hacia el actual equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Béjar, por parte del anterior alcalde, responsable en gran parte de los problemas que hay que solucionar, no sólo en la estación de esquí.
Los concejales de Tu Aportas han establecido un debate en Facebook, en vez de utilizar los procedimientos habituales, sobre una cuestión técnica (que, por lo tanto, no puede ser objeto de discusión, sino de comprobación) la cual no conduce a nada más que a poner de relieve hasta qué punto no estamos siendo capaces de solucionar lo urgente: abrir las pistas; al tiempo que nos olvidamos de lo importante: la propia estación, su futuro a medio y largo plazo y el papel que debe jugar para contribuir al desarrollo turístico de la zona, no sólo en invierno. En campaña electoral, este grupo político presentó unas propuestas muy razonables al respecto, esa debería ser, en nuestra opinión su línea de trabajo, no promover discusiones estériles en los foros públicos de internet.
También hemos escuchado a Alejo Riñones hablar de La Covatilla y nos ha indignado su mendacidad, cuando afirma que se han alquilado terrenos que podrían ser del ayuntamiento, refiriéndose a la finca de El Tremedal, Ignorando la ristra de sentencias judiciales que han dejado claro lo contrario y que no dejan lugar a dudas. Pretender engañar a la opinión pública camuflando que la disputa judicial sólo se refería a dos pequeñas zonas, que afectan a la famosa pilona y una pista de esquí e ignorando que el acuerdo alcanzado afecta, además de a esas zonas, a muchas hectáreas por las que discurren varias pistas de esquí, que se han recuperado, no tiene nombre.
Se atreve también, don Alejo, a denunciar una presunta “falta de planes para fabricar nieve” (dando por sentado, sin demostrarlo, que no existen) después de haber entregado una instalación inoperativa. A lo anterior, añade su crítica sobre las condiciones laborales de los trabajadores en La Covatilla, para quienes sugiere jornada de despacho administrativo, después de hacerles pasar cuatro inviernos en alta montaña con ropa de trabajo rescatada del cajón de los trapos. Y llega a rizar el rizo de la desfachatez cuando se queja de que no se hayan organizado unas actividades de verano que, se supone, deberían haber estado organizadas de antemano y, que, como se ha comprobado, no estaban organizadas. Aún así, Alejo le echa la culpa a los que acaban de llegar, por no haberlas organizado. De locos. Como es de locos el asunto de la Casa del Estudiante, que Alejo abrió pese a los informes técnicos que cuestionaban la seguridad de los usuarios o la carencia de licencia de apertura en el Teatro Cervantes que, pese a ello, lleva años acogiendo funciones. Poco le han importado nunca, al Sr. Riñones, las condiciones de seguridad o los reglamentos administrativos. ¿y si el piso se llega a derrumbar por el peso de los estudiantes? ¿Y si pasa algo en el teatro?
Don Alejo, que jamás contó con la oposición ni permitió ningún consenso o participación (ni siquiera, según dicen, dentro de su propio partido) se atreve a criticar, torpemente, todo lo que él hizo antes mucho peor, sin darse cuenta de que se pone en evidencia, ya que son muchos los ejemplos de irregularidades en gran parte de sus iniciativas que siempre ha vendido como “logros”, antes de que el tiempo demostrara que eran, fundamentalmente, ruido y humo. Una vez más, le sugerimos que lo mejor que puede hacer es callarse, porque así no nos recordaría constantemente que, por su culpa, se han dilapidado decenas miles de euros (de nuestros impuestos) en juicios inútiles; que él es el principal responsable de que la estación de esquí haya languidecido de manera notoria; que, durante su gestión, los cargos de responsabilidad de la estación se otorgaran a dedo; que la ausencia de mantenimiento en el dominio esquiable ha provocado grandes destrozos a causa de los últimos temporales y, entre otras calamidades heredadas, de que haya habido que comenzar prácticamente de cero, pocos meses antes del comienzo de la temporada de esquí.
Porque, en nuestra opinión, lo que verdaderamente importa (al margen de los errores del pasado y una vez solventada la urgencia de poner en marcha la estación de esquí esta temporada) es resolver su futuro a medio y largo plazo. Que lo urgente no nos impida abordar también lo importante. Para poder solucionar lo primero, hay que dejar trabajar y esperar los resultados; para conseguir lo segundo, hay que partir de un proyecto serio y sostenible, basado en criterios técnicos y opiniones expertas, que es en lo que tendrían que estar trabajando los grupos políticos en vez de discutir en Facebook sobre la producción de nieve.
Es oportuno volver a recordar que en España no hay más que treinta estaciones de esquí (lo que la convierte en un hecho singular que debemos aprovechar y sumar a todos los demás elementos notables que atesora nuestro entorno para una explotación sostenible de los recursos turísticos) y hay que potenciar su papel durante las cuatro estaciones del año, para lo cual, por ejemplo, sería muy útil la reconstrucción del Refugio de las Cimeras, como centro de actividades montañeras, o la ubicación en sus instalaciones de un Centro de Interpretación de los valores naturales de la sierra, con especial atención a sus glaciares suspendidos del Cuaternario.
Sería provechoso que nuestros concejales hojearan el II Plan de Desarrollo Sostenible del Espacio Natural de Sierra Nevada, donde está la estación de esquí y su Área de Influencia Socio-Económica, que, con carácter indefinido, fue aprobado en octubre de 2018 y se desarrollará a través de programas operativos trienales centrados en fomentar iniciativas locales generadoras de riqueza, compatibles con la conservación de los ecosistemas. A veces, es útil conocer lo que se hace en otros sitios, antes que seguir hurgándose en el ombligo.