Adiós colega y amigo
- «Era como era, un luchador contracorriente»
Hace mucho, mucho tiempo, que no escribo nada para ningún medio. Salvo comentarios en Twitter e Instagram que, en fin, no cuentan.
Aparezco de nuevo por una noticia que me ha impactado como un balazo en pleno pecho. El fallecimiento de mi colega y buen amigo Chiqui Cascón.
Hacía mucho que no nos veíamos, quizá tres o cuatro años, posiblemente para compensar todo lo que nos vimos hace década y media, cuando cada vez que venía de Granada estábamos juntos, al menos unas horas.
Le conocí en mis tiempos de concejal socialista, en la oposición (¿que pájara me daría para meterme política?). Le conocí gracias a ello y a mi afición por opinar en aquellos incipientes tiempos de Internet. Me brindó -a pesar de la distancia ideológica- su medio digital para que allí dijera lo que quisiera y, después, en el periódico en papel que, con dos de esos, se puso un día a repartir gratis en la Corredera. Porque él era como era, un luchador contracorriente. Dejaba opinar a todo el mundo pero siempre iba con la verdad por delante. ¿Sabéis lo primero que me dijo nada más saludarnos la primera vez? «Oye, que yo soy de derechas», lo que no quitó para que de aquel primer encuentro saliera una fructífera colaboración y amistad.
Por entonces me contó algunos secretos de su vida privada y profesional que, si le hubieran ocurrido a otro, habría dejado todo por salvar su culo. Pero salvo para proteger a sus más cercanos, nunca dio un paso atrás. Se la jugó demasiadas veces. Unas salieron bien y otras mal.
Se nos ha ido alguien a quien van a echar de menos en muchos sitios, pero sobre todo su familia. Yo, a pesar de que el contacto era casi nulo últimamente, también.
En fin Chiqui, que el cielo te acoja y nos veremos cuando a los demás nos vaya tocando, que, en los tiempos que corren, cualquiera sabe.
Un fuerte abrazo para su mujer, hijo y madre.