- El INE recoge la mayor cifra histórica de bejaranos emigrantes en el extranjero
- 602 más que cuando gobernaba Riñones (PP) en 2002
En mayo de 2023 tuvieron lugar las elecciones municipales ganadas en votos por el PSOE pero, como era previsible al no conseguir ninguna formación la mayoría absoluta, un pacto entre el PP y Vox permitió detentar la alcaldía a Luis Francisco Martín. Esa fue «la decisión de los bejaranos», o al menos eso profiere Martín alzando su voz en casi todos los plenos aunque, realmente, se le olvida decir que no ganó las elecciones y está ahí gracias a un pacto de perdedores.
Desde entonces, el estancamiento de la ciudad ha sido la nota predominante, siendo incluso motivo de escarnio a través de diversos medios de comunicación nacionales, prácticamente desde el principio de la legislatura, y marcado por la presencia de unos asesores del alcalde presuntamente vinculados al narcotráfico internacional. Este hecho supuso un punto de inflexión en la política municipal, con dos ediles que abandonaron el equipo de Gobierno al haber «vivido un auténtico infierno».
Ahora, además, hay que sumar al debe de este regidor, reprobado por su propia Corporación Municipal, una denuncia ante el presunto intento de agresión e intimidación a una edil de la oposición. Estaremos pendientes de la futura sentencia sobre este asunto, pero no debe preocuparnos que Martín se pierda camino del juzgado. Esa travesía no le es precisamente desconocida. Como es sobradamente sabido por todo el mundo, fue condenado a cárcel por un delito de usurpación. Teniendo en cuenta todo esto, no ha de extrañar ciertas compañías y amistades del regidor hasta hace bien poquito tiempo.
Incapaz de llegar a acuerdos con el resto de grupos políticos, ni de sacar adelante unos presupuestos para 2024, persisten los «chanchullos» y el anquilosamiento como nota predominante en el consistorio, con un panorama de inoperancia por parte de este alcalde, y una notable carencia de iniciativas y de inversiones. De continuar así, con esta paralización absoluta de la más básica actividad municipal, el futuro de la ciudad se antoja oscuro como una noche sin luna durante los 3 largos años de legislatura que quedan todavía por delante con 10 concejales, de un total de 17, que no confían en él. Cualquier persona con un poco de vergüenza torera habría dejado el cargo hace mucho tiempo, pero Martín parece no tenerla ni conocerla.
Sabiendo que él es el obstáculo principal para el normal desarrollo de la gestión municipal prefiere aferrarse a un sillón y observar, sin el menor atisbo de sonrojo, cómo su ciudad involuciona hasta la nada.
¿Datos? Por si no bastase que Béjar haya perdido 2 autónomos al mes en el último año, que la tasa de paro sea del 16%, o que se haya caído hasta los 12.021 habitantes empadronados; la cifra de bejaranos emigrantes en el extranjero es la mayor de toda la historia: Ascienden, en mayo de 2024, a 1.295 según los últimos datos oficiales del INE. En 2002, estando Alejo Riñones (PP) como alcalde, fue de tan solo 693. No hay más preguntas, señoría.